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Tribuna
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Los movimientos de las cajas y las empresas

Mucho se está hablando sobre las fusiones, los SIP, los problemas del sistema financiero español, su necesidad de capital, la bancarización de las cajas, etc., pero poco se comenta del impacto que tienen todos estos movimientos en las empresas. A efectos prácticos, se podría resumir la situación actual con una frase que se oye habitualmente en el mercado: "La mayoría de las entidades financieras están colapsadas y no están prestando dinero". Por poner un ejemplo, en las últimas semanas he estado involucrado en varios proyectos de financiación y finalmente en todos acaban las mismas cinco o seis entidades. El resto del sistema financiero está out. Si analizamos los motivos por los que esto sucede los podríamos agrupar en tres grandes cuestiones.

En primer término, los problemas de resultados y solvencia que hacen que las entidades financieras estén más focalizadas en solucionar sus problemas internos que en prestar dinero a las empresas. Con dudas a nivel internacional sobre la realidad del sistema financiero español y de la calidad de sus activos (y por tanto de su solvencia), la mayoría de las cajas (y algunos bancos) están totalmente volcadas en su viabilidad y supervivencia en lugar de desarrollar su core business.

En segundo lugar, las cajas están paralizadas porque están en proceso de reestructuración con la implicación de sus equipos directivos, que en estos momentos no saben si en tres meses seguirán en su puesto de trabajo. Este no parece el entorno más favorable para que sigan desarrollando un negocio que, además, en estos momentos tiene un alto nivel de riesgo y requiere tomar decisiones con un elevado nivel de complejidad.

Por último, los problemas de concentración de riesgos: en el corto plazo van a aparecer muchos problemas de concentración de riesgos en las empresas. Si hacemos memoria, ¿quién no recuerda fusiones anteriores como la de Banco Santander y la de Banco Central-Hispano, Banco Sabadell y Banco Atlántico…? Las empresas que compartían riesgos con ambos integrantes de las parejas fusionadas vieron cómo se fueron reduciendo líneas de descuento, pólizas de crédito, y otros muchos productos que hacían que esta nueva entidad mantuviera una posición de riesgo demasiado elevada con respecto al total de la deuda. Esto llevó a una reducción de los riesgos en la empresa con los correspondientes problemas financieros para las empresas.

A efectos prácticos, desde la vuelta de verano están siendo mucho más difíciles los procesos de refinanciación de deuda que fueron relativamente sencillos los últimos dos años. Esto genera que la segunda ronda de los procesos de refinanciación en muchas ocasiones no se va a producir y va a acabar con muchas empresas en concurso de acreedores, lo que no va a ser una buena noticia para la economía y el empleo. Pero como lamentarnos no aporta demasiado, como solución para las empresas ante esta situación, debemos hacer todos los esfuerzos por mejorar los resultados y al mismo tiempo optimizar el circulante para generar la caja que ahora tan difícil va a ser de conseguir de las entidades financieras.

Eduardo Navarro. Presidente de Improven

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