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Columna
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Warren Buffett busca sucesor

Los planes de sucesión de Warren Buffett se han visto afectados por graves turbulencias: la imprevisible renuncia de David Sokol, director ejecutivo de la unidad de vuelos chárter NetJets, filial de Berkshire Hathaway, que estaba considerado como principal candidato para tomar las riendas del negocio. Se dan dos obstáculos para que sea sucesor: en primer lugar, el candidato debe ser irreprochable, y en segundo, puede haber mejores formas de hacer mucho dinero. Hasta hoy, Sokol ha sido un niño mimado y alcanzó la zona alta en la lista de sucesores. Sus credenciales mejoraron al atraer la atención de Buffett hacia los encantos de Lubrizol, el fabricante de lubricantes Berkshire, al que hace dos semanas iba a comprar por 9.700 millones de dólares.

Como resultado, Sokol había hecho negocios personales con acciones de Lubrizol al mismo tiempo que le contaba a los banqueros de Citigroup que Berkshire podría estar interesado en su absorción. Aunque Buffett y Sokol no creen haber roto las reglas -Sokol no tenía poderes para cerrar el trato-, la revelación sugiere que Sokol se ha beneficiado personalmente con casi tres millones de dólares.

Aún suponiendo que las acciones de Sokol estuvieran en regla, sus propias palabras sugieren que Buffett encara otro obstáculo en la preparación de su sucesor: el dinero. En su carta de renuncia, Sokol expresó un deseo: "Utilizar el tiempo que me queda de carrera para invertir los recursos de mi familia de manera que creen un valor patrimonial duradero y una empresa que aporte nuevas oportunidades a mis descendientes y financie mis intereses filantrópicos". Con otras palabras: quiere hacer más dinero.

Es probable que la saga Lubrizol siga removiendo los rumores. Justo cuando Buffett cumple 80 años, él y su junta directiva deberían concretar los últimos detalles para un plan de sucesión, dejar todos los cabos atados -con muchos abogados presentes-.

Agnes T. Crane

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