¿Demasiado optimismo en las Bolsas?
Lo comentaba Alan Abelson en su crónica de la página 3 de Barron's esta semana, Ni el terremoto de Japón ni los problemas en Portugal ni el alza en los precios de las materias primas parecen capaces de alterar el ánimo de los mercados. No debería sorprender este hecho al señor Abelson, dado que lleva firmando la columna Up and Down Wall Street varias décadas (según New York Times, en 1992 ya llevaba 27). Más bien se trata de un aviso a navengantes.
En la última encuesta entre asesores financieros de Investors Intelligence, el 50,6% se declaraban alcistas, por solo un 22,4% bajistas. Un supremo optimismo que debería invitar a la reflexión, recordando la cita de André Kostolany sobre el sentimiento contrario: "Cuando el último bajista se torna alcista, hay que venderlo todo". Son casos estos en los que no hay nadie más que pueda entrar al mercado, luego éste debería bajar.
Este presunto exceso de optimismose refleja a la perfección en los miedos inflacionistas. Si cuandoen noviembre la Fed inició la última ronda de expansión cuantitativa (es decir, imprimir dinero) el mundo financiero temía el alza de los precios, hoy que el petróleo, los metales y los alimentos cotizan disparados la inflación ocupa menos espacio en internet, según nos dice Google Trends.
No es el primero Abelson que lanza el aviso. Hoy mismo José Luis Cárpatos comenta en su página web "Mil problemas sobre la mesa, pero las Bolsas no parecen por la labor de hacer caso. Todo esto sería muy tranquilizador si no fuera por el sospechoso bajo volumen".
La cifra de margin debt, es decir la inversión apalancada en la Bolsa de Estados Unidos, también está disparada. Supone el 2,2% de la capitalización de mercado en Estados Unidos, el nivel más alto desde 2007 o 2008. Desde septiembre, el S&P 500 ha subido un 25%, y solo el susto derivado del tsunami ha cortado la racha. Sin embargo, apenas dos semanas después el índice parece dispuesto a volver a girar al alza y, quizá lo más significativo, la volatilidad implícita (lo que cuesta comprar un contrato que proteja de las caídas del índice) ha vuelto a mínimos. Que el mercado suba en el entorno actual puede no atentar contra la lógica. Que los inversores estén ahora tan confiados en el futuro como antes de que el petróleo llegase a 110 dólares suena un poco más raro.