Las 'telecos' activan los mercados
Tras largas jornadas lastradas por los acontecimientos en Japón y Libia, el mercado bursátil europeo recibió ayer con optimismo el anuncio de la venta de T-Mobile USA, la filial norteamericana de Deutsche Telekom, a la estadounidense AT&T. Los títulos de la compañía alemana se disparaban por encima del 13% y tiraban del sector de telecomunicaciones, que se anotó subidas en todas las plazas. También Wall Street dio la bienvenida a la noticia. Nada más abrirse la sesión, el mercado impulsó al alza no solo las acciones de AT&T, sino incluso las de Verizon, propietaria en un 50% de Verizon Wireless, que tras el acuerdo perderá su liderazgo en telefonía móvil en el mercado estadounidense.
La gigantesca operación aprobada por los consejos de AT&T y Deutsche Telekom obliga a la norteamericana a poner sobre la mesa 39.000 millones de dólares (27.500 millones de euros) para hacerse con el control de T-Mobile, cuarta compañía de telefonía móvil de EE UU. De esa cifra, alrededor de 17.600 millones de euros deberán ser abonados en efectivo. La maniobra de AT&T, cuyo objetivo es plantar cara al imparable empuje de Verizon Wireless, otorga a Deutsche Telekom una participación del 8% en la estadounidense y un puesto en su consejo de administración. El saldo para AT&T se resume en una cifra de más de 121 millones de clientes y en la supremacía en el mercado de telefonía celular de Estados Unidos.
De cara a Europa, el movimiento supone la retirada de Deutsche Telekom de suelo estadounidense -un mercado donde resulta muy caro competir y donde los últimos resultados de T-Mobile no han sido satisfactorios- y su regreso a casa. El músculo financiero adquirido con la venta servirá a la compañía alemana para concentrarse en ganar peso en Europa, concretamente en Alemania y en Reino Unido. Tanto en uno como en otro mercados, será un reto para sus competidores. Es el caso de Telefónica, presente en ambos. Deutsche Telekom aspira también a mejorar su política de remuneración al accionista -parte de lo obtenido con la venta se destinará a ese fin-, un capítulo en el que también deberá estar atentas las operadoras rivales.
Pese a que el acuerdo permanece todavía pendiente de ratificación de los reguladores estadounidenses -los analistas anticipan problemas que pueden forzar desinversiones-, la operación aprobada el domingo es una buena noticia. Aunque el sector de las telecos ha vivido distintos movimientos en los últimos tiempos -la compra de la brasileña Vivo por Telefónica es un ejemplo- el volumen de esta operación la hace especialmente significativa. Más aún, si cabe, en un contexto como el actual, ávido de movimientos corporativos de relumbrón.