El Ecofin aprueba el endurecimiento del control del déficit y de la deuda pública
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) pactaron ayer por unanimidad el proyecto de reforma del Pacto de Estabilidad, con un endurecimiento de las sanciones por déficit excesivo. También se crea un nuevo mecanismo de supervisión macroeconómica, para detectar y castigar desequilibrios como el déficit de balanza por cuenta corriente o las burbujas inmobiliarias.
La tercera generación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento se quedó ayer a un paso de la aprobación definitiva, pendiente solo del visto de bueno del Parlamento Europeo. "Sin duda, ha sido la decisión más importante de la reunión de hoy por ayer del Ecofin", señaló la vicepresidenta del Gobierno español y ministra de Economía, Elena Salgado, al término del Consejo de Ministros de la UE.
El nuevo pacto introduce más sanciones contra los países que se nieguen a adoptar las recomendaciones para reducir su déficit cuando esté por encima del límite del 3% del PIB e impone reducciones anuales de la deuda pública a los países que en ese parámetro superen el límite del 60% de su PIB.
Los ministros aprobaron, además, la creación de un nuevo mecanismo de vigilancia de los llamados desequilibrios excesivos, que castigará con sanciones de hasta el 0,1% del PIB a los países que se nieguen a adoptar medidas para corregir desajustes macroeconómicos graves. Faltan por negociarse los indicadores que alertarán en cada país sobre posibles desviaciones, aunque con toda probabilidad figurarán la balanza por cuenta corriente (tanto déficit como superávit), la deuda privada y el precio de la vivienda.
El acuerdo continúa su tramitación en el Parlamento
Los textos pactados por los ministros continúan ahora su tramitación en el Parlamento Europeo, donde los dos principales grupos políticos esperan con una actitud muy dispar. El Partido Popular Europeo dio la bienvenida al acuerdo del Ecofin y señaló que "se requiere un plan fuerte para prevenir otra crisis y asegurar el crecimiento económico en toda la UE".
En cambio, el Partido Socialista Europeo calificó de "irresponsable" el acuerdo y aseguró que llevará a la economía europea por "el camino equivocado". "Necesitamos disciplina fiscal", añadió la eurodiputada socialista portuguesa Elisa Ferreira, "pero no a costa del crecimiento".
Cuatro de los seis textos legales de que consta la reforma necesitan la aprobación del Parlamento, cuya Comisión de Asuntos Económicos tiene previsto pronunciarse el próximo 19 de abril. El Gobierno húngaro, que preside la UE durante este semestre, anunció ayer que comenzará de inmediato negociaciones informales con los europarlamentarios para intentar limar las últimas diferencias, relativas, sobre todo, al limitado papel que el Ecofin concede a las instituciones europeas (en particular, la Comisión) en la aplicación del pacto.
Los ministros hicieron ayer un gesto para congraciarse con el Parlamento al aceptar que las sanciones contra un país solo podrán frenarse mediante mayoría cualificada. Ese umbral dificultará que el país infractor pueda buscar aliados para bloquear el expediente.
Pero los ministros también han suavizado en algunos puntos la propuesta inicial de reforma presentada el año pasado por el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
El acuerdo del Ecofin, según la presidencia húngara, reduce, por ejemplo, la posibilidad de obligar a un país a realizar un depósito equivalente al 0,2% de su PIB tan pronto como su déficit supere el 3%. Ese castigo solo se aplicará si el país en cuestión ya ha sido multado en la fase preventiva del Pacto (que penaliza las políticas fiscales irresponsables durante periodos de bonanza económica) o si se trata de un infractor reincidente.
A pesar de esos matices, el comisario Rehn se mostró "razonablemente satisfecho" sobre el acuerdo. Y tanto Bruselas como los ministros confían en que el acuerdo definitivo con el Parlamento pueda cerrarse antes de finales de junio.
Trichet considera insuficiente la reforma
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, mantuvo ayer sus críticas a la reforma del Pacto de Estabilidad, que volvió a calificar de "insuficiente". El BCE defiende un mecanismo de sanciones prácticamente automático que reduzca al mínimo la posibilidad de negociación política en el castigo a los países con un déficit superior al 3%.La posición del BCE, sin embargo, empezó ayer a perder apoyos. La Comisión Europea se mostró satisfecha con el acuerdo, sobre todo, tras la eliminación de los cambios introducidos por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, en su cumbre de Deauville (octubre de 2010). Entonces fijaron un plazo de hasta 18 meses para hacer efectivas las sanciones, periodo que el acuerdo alcanzado por el Ecofin reduce a seis meses o tres, en algunos casos.
Guerra a la deuda
Por primera vez desde la creación del euro, el acuerdo alcanzado exige una reducción anual (del 5%) de la deuda pública a los países que superen el 60% del PIB. Se establece un periodo transitorio de tres años a partir de la corrección de los actuales déficit excesivos.