Mujeres y hombres frente al empleo
Según los servicios públicos de empleo, en febrero, más de cuatro millones de personas estaban inscritas, con un crecimiento anual del 4,1%. La crisis económica internacional de los dos últimos años ha cambiado considerablemente los mercados de trabajo. La disminución de la actividad económica ha conducido a España, como a la mayoría de países, a un aumento rápido y masivo del paro, sobre todo al inicio de la crisis. Así, desde octubre de 2008, el desempleo ha aumentado en 1,6 millones, pero tan solo en los seis primeros meses se concentra las tres cuartas partes de dicho aumento. Es decir, el ajuste se realiza en seis meses: aumento del desempleo en 1,2 millones de personas y en los últimos 23 meses, en 400.000.
¿Qué ha supuesto el deterioro del mercado laboral para los hombres y las mujeres? En primer lugar, se ha producido una fuerte asimetría entre sexos. El crecimiento del paro ha sido mayor entre los hombres (88%) que las mujeres (73%), por su mayor presencia en el empleo total en los sectores de la construcción y la industria (92% y 75% son hombres, respectivamente), sectores muy castigados por la actual crisis, mientras que las mujeres participan en mayor medida en empleadas de hogar (93%), sanidad (78%) y educación (66%), ocupaciones que son menos sensibles a los ciclos económicos. Así, la disminución del empleo, entre los hombres, entre 2008 y 2010 por el sector de la construcción e industria representan el 65% de la destrucción total del empleo del conjunto de ambos sexos.
La crisis inmobiliaria ha sido de tal envergadura que ha repercutido y concentrado, intensamente, la mayor destrucción de empleo en el sector de la construcción con 850.000 empleos (-35%). En conjunto, un único sector es responsable de la pérdida de seis empleos de cada diez destruidos. De este modo, el empleo de los hombres, desde 2008, ha disminuido más del 13%, frente al 4,5% de las mujeres.
En nuestro país el shock asimétrico ha sido de tal consideración que ha modificado sustancialmente los comportamientos sobre el mercado de trabajo. La falta de empleos ha tenido como consecuencia que los hombres abandonen el mercado laboral. En efecto, la población activa de los hombres disminuye (-357.000), mientras aumenta la de las mujeres (520.000). De este modo, 650.000 mujeres han dejado de figurar como inactivas en labores de hogar para incorporarse al mercado de trabajo. En la teoría económica a este fenómeno se le conoce como el efecto trabajador añadido: ocurre cuando el sustentador de la familia pierde su empleo y otro miembro de la familia busca empleo para contrarrestar la disminución de la renta familiar o simplemente por la mayor incertidumbre ante la mayor posibilidad de que la persona de referencia pierda su trabajo. Ello tiene como consecuencia una evolución diferente de las tasas de actividad masculina y femenina: disminuye entre los hombres (2 puntos porcentuales) y aumenta en las mujeres (2, 1 puntos porcentuales), lo que confirma la feminización de la población activa, sobre todo en las mujeres mayores de 25 años, a pesar de la crisis del empleo y de un paro elevado.
En España, como en el resto de países, el aumento del paro, como consecuencia de la crisis, ha acelerado la disminución de la distancia de tasas de paro entre sexos, durante mucho tiempo desfavorable a la mujer. Así, en 2008, la diferencia de tasas de paro entre sexos era de 2,4 puntos porcentuales, mientras que en 2010 es de 0,8 puntos porcentuales, hasta alcanzar una tasa de paro del 19,9% para los hombres y del 20,7% para las mujeres.
Por lo que se refiere al nivel formativo de la población ocupada anterior a la crisis, es de destacar que las mujeres tenían una menor preparación formativa. Por contrapartida, hoy es todo lo contrario, su grado de preparación es superior a los hombres.
Por último, es un imperativo de justicia social como de eficacia económica exigir una acción más firme y comprometida por parte de los agentes económicos y sociales para luchar contra la desigualdad profesional de las mujeres. Según Stendhal: "El acceso de las mujeres a la igualdad perfecta sería el signo más claro de la civilización, y redoblaría las potencialidades del género humano".
Vicente Castelló Roselló. Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón