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El impacto del nuevo decreto

Un buen paso para restaurar la confianza en España

La demora en los plazos es razonable pero puede retrasar el crédito.

Disipar cualquier duda sobre la solvencia del sistema financiero español se ha convertido en un objetivo prioritario del Gobierno. La posición de fuerza mostrada por el Ejecutivo gusta en el mercado y los entendidos consideran que los elevados niveles de exigencia detallados en el real decreto conseguirán restaurar la confianza en España. La principal duda la suscitan los tiempos que se otorga al sector para recapitalizarse, demasiado holgados para los más críticos, pues el plazo se amplía hasta marzo de 2012 para las cajas que salgan a Bolsa.

"Desde el punto de vista del emisor, tiene lógica que se flexibilicen los plazos para que se pueda optimizar el momento de la colocación del capital en Bolsa. Lo negativo es que el mercado tiene urgencia por ver la recapitalización del sistema financiero y el objetivo principal que se persigue con la reforma es facilitar el acceso del sector a la financiación mayorista. Por tanto se corre el riesgo con el retraso de la recapitalización de que también se retrase la mejora de las condiciones de financiación", explica Antonio Ramírez, de KBW. "Primero se habló de dar de plazo hasta septiembre, luego se adelantó y ahora se extiende hasta marzo de 2012. Es lento y todos esos titubeos no son buenos", explica Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters.

La reacción del mercado ayer no fue demasiado sobresaliente. El Ibex cayó un 2,3% y la prima de riesgo se amplió a 217 puntos básicos, eso sí, patrones de comportamiento que estuvieron en línea con el resto de Europa y que no impedirán que se restaure la confianza en España, según la mayoría de entendidos.

Evitar una saturación de papel y optimizar el momento de salir a Bolsa es positivo

"El real decreto es razonable. El Gobierno ha tomado una posición de fuerza y eso se acabará valorando", explica Alberto Roldán, director de análisis de Inverseguros.

Los mercados son caprichosos y aunque priman la inmediatez, los expertos reconocen que flexibilizar los plazos también tiene sentido. "Cuando se planean tantas salidas a Bolsa no se debe saturar al mercado", añade Roldán. "Los plazos son realistas. Tres meses más o menos no van a cambiar tanto y de todas formas es un límite temporal mucho más restrictivo que Basilea III. Conseguir que mejore la percepción de riesgo de España dependerá del éxito que tengan las cajas a la hora de salir a Bolsa y de lo que pase en el seno de la UE en marzo. Ver si hay acuerdo en la flexibilización del mecanismo de rescate. Yo apostaría a que en seis meses el riesgo desaparece", comenta Arturo de Frías, responsable de banca de Evolution Securities.

Eso sí, las dudas abundan y la principal sigue siendo exactamente el poder cuantificar las necesidades de capital del sector. La otra gran incógnita radica en la capacidad de algunas entidades de salir a Bolsa con éxito.

A la espera del test de estrés

El resultado de los test de estrés a los que se someterá el sector financiero en verano será otro momento clave que vigilará el mercado. En marzo la UE desvelará la metodología que se utilizará en la nueva ronda de exámenes y se prevé que los resultados se publiquen en junio o julio, según ha explicado el Gobierno.La prueba estará en ver si las entidades que preparan sus salidas a Bolsa están o no en posición de aprobar. El Ejecutivo realizará su propio dictamen con anterioridad y se prevé que el 10 de marzo se anuncie las necesidades de capital del sector financiero, una de las principales incógnitas por conocer. A partir de entonces las entidades tendrán hasta el 1 de abril para presentar sus programas de reestructuración, paso previo para someterse al examen final de Europa.

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