Otra vez, España es diferente
La existencia de las cajas de ahorros es un particular sello distintivo del sistema financiero español. Ha sido epicentro del duro castigo sufrido por el conjunto de la banca en los mercados y causante último de la pérdida de confianza de los inversores.
Con la presentación de ayer, el Banco de España ha querido dar por cerrado el capítulo de las dudas para dar paso al de las certezas sobre el sistema bancario de nuestro país, aunque aún queden muchos meses por delante hasta que los nuevos requisitos de capital sean una realidad generalizada.
El gobernador del Banco de España reconoció que el decreto ley que regula los niveles de capitalización de la banca es "imprescindible y necesario". De nuevo, España es diferente y, dos años después de que la banca anglosajona abordara sin demoras el saneamiento de su banca -con millonarias inyecciones de capital público-, aquí quedan por fin definidas las reglas de juego por las que ha de regirse el sistema. Es decir, cuáles son en concreto los requisitos de capital que deben calmar definitivamente al mercado y, de no cumplirse, cuál es la hoja de ruta que hay que seguir para conseguirlo. Además, los términos del decreto han dado respuesta a algunas reclamaciones del sector de cajas, como una mayor flexibilidad en los plazos para aquellas que planeen su salida a Bolsa o el cómputo de las ayudas públicas del FROB en el ratio de capital básico. Fernández Ordóñez no quiso ayer caer en la complacencia de afirmar que con el FROB ya estaba todo hecho, aunque sí insistió en destacar las diferencias de la banca española frente a otros sistemas bancarios.
El gobernador repasó algunos de los principales despropósitos de la banca internacional desde el estallido de la actual crisis para defender que en España se habían gestionado las cosas de otra manera. Por lo pronto, recordó la existencia de la provisión genérica, colchón con el que ir absorbiendo el avance arrollador de la morosidad y que ha contribuido al esfuerzo de saneamiento realizado por la banca española. Muy lejos de criticar la abundancia de crédito hipotecario concedido a las familias españolas, señaló que las hipotecas han sido un elemento "muy positivo". A diferencia del crédito a promotores inmobiliarios, verdadero lastre para el balance bancario, las hipotecas concedidas a particulares españoles son lo último que se deja de pagar y no han sido el foco de riesgo que muchos inversores podrían apreciar. Nada que ver con las subprime estadounidenses. E Irlanda también es otra historia, con unos problemas de solvencia nada comparables por su gran tamaño a la banca española. En definitiva, España es diferente a ojos del gobernador, pero esta vez para bien.
175
millones de euros en participaciones preferentes ha colocado Banca Cívica en el presente mes. La entidad promete un interés anual del 8,65% hasta 2015.