Niños de seis naciones en la noble pugna del balón oval
El V Torneo de Rugby Infantil se disputa en la Complutense el primer fin de semana de marzo.
El rugby, deporte intenso y visualmente seductor, no acaba de cuajar en España. Pero no faltan animosas iniciativas para dar comienzo a la afición desde la misma base. Una de ellas es el Torneo de Rugby Infantil, que por quinto año consecutivo organizará la Fundación Escuela de Rugby Cisneros en el campo central de la Universidad Complutense los días 5 y 6 de marzo.
Lo primero que sorprende al acercarse al evento es la amplitud del abanico de participantes: chavales de 4 a 14 años, con la presencia de niñas en los equipos, que son mixtos. "El rugby resulta una buena actividad para los dos sexos. Potencia la coordinación, necesita del uso de pies y manos, y la aplicación del contacto incide en la fuerza y resistencia muscular", explica Juan Pedro Brolese, director de la Fundación Cisneros. Las niñas, lejos de arrugarse, disfrutan al máximo de la experiencia. Y todos comparten la inmersión en valores que supone la práctica de este juego, en el que la nobleza competitiva siempre está por encima de la brusquedad de la acción.
El trabajo en cantera en el rugby se va adecuando a la edad de los practicantes. Brolese explica que en su labor en el Cisneros se busca "adaptar el trabajo a las posibilidades psicomotrices de los chicos, y a partir de los 10 años es cuando vamos introduciendo elementos técnicos, siempre sin exacerbar el aspecto competitivo. No hay una edad más adecuada para empezar: solo en la que disfruten. Somos conscientes de que los entrenadores se convierten en referentes de los chicos: en parte padres, en parte profesores, en parte colegas". Casi todos los equipos en torno a la fundación del Colegio Mayor Ximénez de Cisneros se entrenan un par de veces por semana y disputan partidos los sábados.
El rugby infantil está creciendo de forma tranquila pero continuada. En Madrid ya hay 3.500 menores de edad federados, muchos de los cuales participarán en esta cita de marzo. A ella acudirán equipos de cinco países más -Portugal, Italia, Francia, Inglaterra e Irlanda, además de otros de distintas comunidades autónomas-, un total de más de un millar de jugadores que convierten a la cita en el principal evento anual del deporte infantil en la Comunidad de Madrid. "Tenemos peticiones de más clubes, pero nuestra capacidad de organización no da para más", explica Brolese.
Los chavales se dividen en 16 equipos sub 14, 16 sub 12, 12 sub 10, 12 sub 8 y 6 sub 6. Disputarán el sábado tres partidos y dos el domingo, cuando el torneo culminará con una comida de hermandad, a la manera del tercer tiempo del rugby adulto. No hay ganadores sumando los resultados, simplemente el disfrute de la competición. La idea es que en ningún momento se enfrenten los equipos de la misma zona, para que se produzca el mayor cruce posible de procedencias y contribuir a la experiencia de socialización que en el fondo es la propuesta básica de la cita.
Prestigio, pero no popularidad
Una de las escasas ventajas que se encuentran los organizadores de un evento como el Torneo de Rugby Infantil es el prestigio de su deporte entre los posibles patrocinadores. Según Juan Pedro Brolese, aunque conseguir dinero no es sencillo en el contexto actual y ante la modesta repercusión mediática de su evento, sí encuentran una recepción favorable en las empresas, dispuestas a escuchar. "El rugby tiene en España una imagen positiva, como un deporte que realmente aporta valores a los jóvenes". De esta forma, no les faltan firmas que aporten servicios para colaborar en la organización.Otra cosa es el paso a la profesionalización. Este año resurgirá en España el proyecto de una Liga Ibérica, integrando a los jugadores en equipos por comunidades autónomas. Una vez más, el apoyo de las televisiones (en la anterior edición fue retransmitido por Digital+) se perfila como un elemento imprescindible.En todo caso, la escasa asistencia a los partidos en directo y el número reducido de practicantes parecen por el momento obstáculos insalvables para el proceso de profesionalización del rugby que se viene produciendo en Europa, en particular en los países que compiten en el VI Naciones (Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda, Italia y Francia). "Además", recuerda Brolese, "los gastos de un equipo de rugby son mucho más amplios, pues una plantilla profesional tiene 30 integrantes. Todo complica ese salto".