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Pequeños despachos

"El cliente no es un número, y mucho menos en lo penal"

Cofundador de Urraza & Mendieta, Jesús Urraza cree que el trato cercano es compatible con la gestión empresarial.

Si compartimos con Einstein que "el arte supremo del maestro es despertar la creatividad y el conocimiento", tendremos que reconocer que los mentores del penalista Jesús Urraza -José Ricardo Palacio y Félix Rojo, en sus palabras- deben estar francamente satisfechos. Este experimentado, y aún joven, abogado no proviene de seculares "sagas de juristas", ni el contacto ambiental le condujo a ser un apasionado del Derecho penal, sino la pasión transmitida por la academia. Formado en la Universidad de Deusto en Derecho y Económicas, alcanzó el doctorado en la misma con una tesis sobre el delito ecológico.

Cofundador de Urraza & Mendieta, después de haber ejercido profesionalmente en grandes bufetes, prefiere el pequeño despacho y apuesta con vehemencia por la cercanía al cliente y por llevar al último extremo su divisa profesional, que es "la confianza". Esto es lo que quiere transmitir en su relación con los clientes. "Es algo más que saber Derecho", afirma con convicción, "hay que dar apoyo, sabiendo siempre reservar el espacio de cada uno".

Un luminoso y amplio despacho en la zona más noble de Bilbao -a la que complementa la reciente apertura de una oficina en la madrileña calle de Velázquez- contribuyen a generar ambiente de seguridad. Urraza no cree "incompatible una buena gestión empresarial" del despacho "con el trato personal que debe recibir el cliente", pero refuerza sostenidamente la idea de implicación. "El cliente no es un número, y mucho menos", recalca, "en el ámbito penal".

Transpira responsabilidad al desaconsejar, en no pocas ocasiones, la predisposición al pleito de quien acude a su consejo. "Acudir al tribunal en vía penal debe ser la última solución a un conflicto entre personas", manifiesta el penalista. "Solo si no hay otras fórmulas de conseguir la satisfacción o derecho pretendido hay que recurrir a ese extremo", dice recomendar a sus clientes.

Incómodo con las sucesivas y "en muchas ocasiones innecesarias reformas de la legislación penal" -cuando no "inaplicables en la práctica"-, no se suma a la gran expectativa generada por la introducción de la responsabilidad penal de las personas jurídicas.

"Ya existían supuestos para perseguir delitos en la empresa" y en todo caso, "el Derecho administrativo sancionador" es un lugar más adecuado que establecer "difíciles" imputaciones penales a las personas jurídicas. "¿Cómo se garantizan los derechos de un imputado penal en una persona jurídica?", reflexiona Urraza, dejando en el aire una cuestión que él mismo considera que tendrá más respuesta por la falta de utilidad que por jurisprudencia o amparo constitucional.

En cambio, el letrado bilbaíno se lamenta de que el nuevo Código Penal no haya tenido más en cuenta la introducción del "principio de oportunidad, que complementando el principio de legalidad" pueda fomentar el arbitraje, la mediación o el acuerdo como medio de resolución de conflicto en los procedimientos penales, especialmente en los menos relevantes.

La bonhomía rigurosa que traslada Jesús Urraza se ensombrece cuando vive en primera persona las dificultades que supone ejercer la defensa de personas mediáticas. Así, considera que el "derecho a la información" no debería suponer "destruir la presunción de inocencia" provocando "anticipadas condenas públicas".

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