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Los agujeros negros de las finanzas públicas

El Gobierno ha diseñado ya cómo rellenará uno de los agujeros negros de las finanzas públicas españolas: si en los próximos ocho meses la banca, fundamentalmente las cajas, no logran en el mercado los 20.000 millones de euros que como mucho precisan, será el fondo de rescate de la banca quien ponga el dinero por un periodo de cinco años, y permitirá al Banco de España designar consejeros profesionales en las entidades recapitalizadas. Pero faltan dos agujeros más, a saber: las comunidades autónomas y la Seguridad Social.

El Gobierno no tiene ninguna intención de nacionalizar la banca que no logre capitalizarse por sus medios, y no parece que sea preciso que lo haga. En el mejor de los casos, allí donde más capital relativo (en %) pueda verse obligado a poner en septiembre, no superará el 10% o 12% de los recursos propios de la entidad. Eso, en mi tierra, no es nacionalizar; como mucho es nacionalizar muy parcialmente, y desde luego la operación será temporal, ya que saneada la entidad y superada la crisis, esa participación será de nuevo devuelta a manos privadas. Nacionalizar es tomar al menos el 50,01% del capital con derechos políticos de una entidad, tal como los americanos y los británicos han hecho con algunas entidades con problemas, prácticando competencia desleal a las entidades que, como las españolas, no precisan de capital público. RBS o LLoyd's si han sido nacionalizadas en el Reino Unido, pero no lo ha sido Barclays o Santander UK.

Con los 20.000 millones de las cajas que serán necasarios para recapitalizar (en el paquete entrarían también Bankinter o Valencia, dos bancos privados cotizados que tampoco tienen cubiertos los ratios de capital exigibles desde ahora por el Gobierno), Salgado identifica y acota uno de los problemas financieros. Pero faltan dos más no menos complicados, y sobre cuya cuantía y solución no se conoce ni una sola pista. Las comunidades autónomas siguen ocultando números rojos, y la Seguridad Social se deteriora mucho más rápido de lo que el Gobierno cree, y deberá usar el fondo de reserva más pronto que tarde. Al tiempo.

La profundidad del agujero de las comunidades la conoceremos cuando hayan cambiado de manos políticas tras las elecciones de mayo, aunque unas cuantas seguirán bajo la misma administración que ahora y seguramente seguirán haciendo trampas en el solitario y ocultando la realidad a Hacienda.

Y la Seguridad Social está ya prácticamente en déficit de explotación, en pérdidas, vaya, si como a una empresas la analizásemos. El superávit depende de los intereses del fondo de reserva; pero los ingresos por cuotas se deterioran cada día, y no tardará en llegar el mes en el que ni con los intereses sea suficiente para abonar las pensiones. Veremos cómo financiamos la extra de julio.

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