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Un año para examinar la carta de riesgos

El almanaque del trader, original calendario que presenta datos de frecuencias y estadísticas históricas de evolución de las Bolsas estadounidenses, enuncia: "Como vaya enero, así resultará el año impar".

¿Y cómo está siendo enero? El inicio de 2011 ha continuado con la tónica dominante en 2010, caracterizado por un todo o nada en la aversión al riesgo. A las dudas sobre la solidez de la recuperación económica se unió el riesgo soberano, y la botella pasó repentinamente de estar medio llena a medio vacía. La expansión monetaria anunciada por la Reserva Federal a mediados de agosto volvió a medio llenar la botella. Enero está repitiendo este patrón bipolar.

En este contexto, cobra especial relevancia seleccionar inversiones que obtengan atractivas rentabilidades ajustadas a su nivel de riesgo. Este es el caso de las inversiones alternativas como los hedge funds, que en 2010 obtuvieron un 10% de rentabilidad media. Algunas estrategias consiguieron batir a los índices de renta variable como las estrategias Long/Short sectoriales de tecnología, recursos naturales, energía, de activos hipotecarios… No obstante, la clave fundamental es que lo hicieron con un tercio de la volatilidad. En consecuencia, no es de extrañar que las entradas netas ascendieran a 56.000 millones de dólares en 2010, volviendo a cifras previas a la crisis financiera.

Sus hermanos pequeños en formato regulado obtuvieron rentabilidades más modestas, del 4%, con un menor nivel de riesgo.

Por tanto, de cara a un complicado 2011, nos corresponde como inversores examinar la carta de riesgos y hacer nuestro pedido en función de nuestro nivel de aversión. Como si de una elección culinaria se tratara, la digestión nos resultará más o menos placentera.

Gisela Medina. Responsable de análisis y selección de alternativas de BBVA Quality Funds

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