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Tribuna
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Deducción por I+D+i

Además de las distintas ayudas financieras tales como subvenciones o créditos blandos que otorgan organismos como CDTI, Micinn o los autonómicos o europeos, la principal herramienta con la que cuentan las empresas españolas son las deducciones fiscales en el impuesto de sociedades. Estas deducciones son además compatibles en un porcentaje con las subvenciones, lo cual las hace aún más atractivas.

Las deducciones fiscales por I+D+i recogidas en el artículo 35 de la Ley del Impuesto de Sociedades son más interesantes que las bonificaciones de la Seguridad Social por el personal dedicado en exclusiva a I+D+i. Esto se debe a que en las primeras el coste deducible oscila entre el 8% y el 42% de los gastos de un proyecto, (personal al 100% de su coste, activos, subcontrataciones, material fungible, etc.). En cambio, en la bonificación, esta alcanza solo al 40% del coste de la Seguridad Social de la empresa de dichos trabajadores de adscripción exclusiva a I+D+i, es decir en torno a un 16% del coste total del trabajador.

Desde que se aprobó el Real Decreto 1432/2003, que posibilita este tratamiento ventajoso, las empresas cada vez acuden más a las entidades acreditadas para obtener dichos informes. Estas certificaciones no son obligatorias pero sí muy recomendables. Con el visto bueno del Ministerio de Ciencia e Innovación, los informes motivados que se fundamentan en dichos certificados son vinculantes para Hacienda. Hacienda confía en ellos pues están basados en un robusto sistema de certificación acreditado por ENAC que se fundamenta en la competencia técnica de expertos investigadores independientes. Esto abre la puerta a la desgravación y a una seguridad jurídica a la que las empresas no suelen querer renunciar.

Muchas empresas se pueden preguntar para qué sirve certificar sus actividades de I+D+i y la respuesta es muy sencilla: para conseguir seguridad jurídica en las deducciones fiscales. Muchos responsables empresariales saben que acreditar ante Hacienda inversiones en la materia se traduce en importantes deducciones.

Según las estadísticas de Ciencia e Innovación, el tipo de empresa que se beneficia del esquema de deducción fiscal por I+D+i corresponde el 45% a pyme y un 55% a gran empresa. Por importe, son las grandes empresas las que obtienen un mayor beneficio, puesto que, en general, presentan más proyectos y de mayor importe.

EQA, que trabaja fundamentalmente con las empresas que cotizan en el Ibex 35, aunque también se va extendiendo a empresas industriales manufactureras y pymes, es una de las tres entidades que más informes tramita ante el ministerio.

Javier Dader. Director de EQA Certificados I+D+i

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