Cuando el líder enferma
La recaída de Steve Jobs reactiva el debate sobre cómo preparar a la empresa para el relevo.
Es bueno que el éxito de una compañía esté ligado a una sola persona? La salud de Steve Jobs, de 55 años, tiene en jaque desde hace tiempo a los accionistas de Apple. Y la mínima sospecha de que su estado físico puede ir a peor hace que surjan dudas sobre su valor en Bolsa.
Este pasado lunes, Steve Jobs, el máximo ejecutivo e icono de Apple, enviaba un comunicado a sus empleados para informar de que se retiraba provisionalmente: "A petición mía, el consejo directivo me ha autorizado a tomar una excedencia médica para que pueda concentrarme en mi salud. Continuaré como consejero delegado y estaré involucrado en todas las decisiones estratégicas de la compañía", a la vez que solicitaba respeto por su privacidad. Pero las dudas recorrieron inmediatamente los mercados, sobre todo porque no es la primera vez en la que se debe apartar de la primera línea. La reacción inicial fue la caída del valor de la acción un 1,82%.
En 2004 superó un cáncer de páncreas, y en 2009 pidió una baja médica para tratar algunos "desequilibrios hormonales", aunque luego se conoció que se había sometido a un trasplante de hígado. En todo este proceso han surgido críticas y dudas sobre la información que se ha estado aportando a los accionistas sobre la salud del líder de la empresa. "Es fácil criticar a la dirección, pero pienso que cualquiera que sea accionista de Apple tiene que estar sordo, mudo y ciego para no saber que la enfermedad de Jobs podría reaparecer", señalaba esta semana Arthur Levitt, expresidente de la SEC, la comisión del mercado de valores de EE UU. "Un inversor inteligente debería saber de los riesgos de esta recaída", añadía. Y es que Jobs no es un máximo ejecutivo cualquiera, es el icono que relanzó Apple a la cúspide de la nueva economía.
"Es una obligación de los líderes velar por su salud, cuidarse, aunque en el caso de Jobs no se debe a esto sino a una enfermedad grave. Los grandes líderes deben tenerlo en cuenta. Es como la figura de un padre dentro de una familia, y la salud es un asunto privado que se convierte en público cuando de ello depende la continuidad de una compañía", explica Guillermo Cisneros, profesor de gestión de Esade.
Y es que Jobs es el verdadero mesías para los suyos. En 1985 abandonó Apple, la empresa que había cofundado, por divergencias en la gestión. En 1997 regresó a una corporación en declive y la ha convertido en la segunda del mundo en valor bursátil tras Exxon Mobil. El iPad, iTunes, iPod o el iPhone han dado un éxito sin precedentes a la empresa y otorgado un valor emocional a los productos. "Los líderes del siglo XXI, como Jobs, son innovadores holísticos tanto de producto como de marca", explica Warren Bennis, profesor de la californiana Marshall School of Business, a Bloomberg. Esa es la diferencia con otros iconos como Ford, Hewlett-Packard o Walt Disney, donde el producto no disponía tanto de ese valor emocional.
No es lo mismo para todos
"La salud no tiene la misma influencia en todos los primeros ejecutivos, en todos los líderes. En el caso de Jobs, sí la tiene porque es el alma de la compañía y si éste desaparece también lo hace la esencia de ésta. Es el referente, el que pone los valores. Cuando fue despedido, Apple se resintió y cuando regresó a la empresa, ésta renació", explica Margarita Mayo, directora de la cátedra de Liderazgo del IE Business School. "La salud es importante cuando la falta del líder visionario deja un gran vacío. Es el mismo caso de Emilio Botín, presidente de Banco Santander, con una cultura muy fuerte y esto sucede sobre todo en el caso del fundador".
Precisamente este verano, surgieron rumores sobre la salud del presidente de Santander, ya que todo lo que tiene que ver con este ejecutivo, al igual que sucede con Jobs, tiene una gran repercusión. A los pocos días, Botín demostró estar en plena forma cuando apareció dando una vuelta en bicicleta a un circuito de Fórmula 1, junto a Fernando Alonso.
Pero la profesora del IE Business School señala que los liderazgos tan carismáticos suelen ser poco participativos, ya que tienen su idea y su visión. Martín Varsavsky, fundador de Jazztel, Ya.com y Fon, comparte la visión sobre el guía californiano. "Cualquiera puede confirmar que es una persona que tiene mucha dificultad con el trato humano. Es como un genio tiránico. No coincide con la imagen que la gente tiene de él. Desde luego yo me iría antes a tomarme unas cañas con Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google".
Mayo cree que compartir todo ese liderazgo es un acto de responsabilidad. "Algo parecido, no por enfermedad pero sí por una jubilación, ocurrió con el presidente de la compañía Southwest Airlines, pero Jobs parece que no ha preparado a la empresa para cuando él no esté. Y debería haberlo hecho por la continuidad y la supervivencia de la empresa, con los mismos valores y con la misión con la que se ha creado. El valor está en la innovación, en la selección de personal, en la compensación, todo esto está ahí y se va a quedar, pero él siempre ha mirado hacia sí mismo, que es donde encuentra la inspiración. Por tanto, la salud del líder es importante porque puede dejar un vacío inmenso", cree esta profesora.
Roberto Sánchez Romero, gerente de organización y personas de Everis, no coincide del todo con Mayo: "Steve Jobs es Apple, es su quintaesencia, pero la retirada temporal no va a tener impacto, porque la empresa está en un momento de madurez. Si no está él, va a repercutir en la espectacularidad del show en las presentaciones de productos, pero el know how no se va con Steve Jobs". Este consultor explica que durante estos años, el consejero delegado ha ido confiando y promocionando públicamente a su equipo de dirección, entre ellos a Tim Cook, responsable de operaciones, que se hará cargo de la gestión diaria. "Ha manejado el asunto muy bien y ha transmitido confianza al mercado", asegura.
"También hay que distinguir entre líder y liderazgo. El primero es aquel que aglutina y es capaz de hacer que el liderazgo llegue a todos los estratos de la empresa, aquel que crea futuro. Una cultura de liderazgo es menos vulnerable que un líder porque éste puede ser sustituido por otro. La gran responsabilidad del líder es crear un caldo de cultivo para que el liderazgo fluya por toda la organización. Un gran líder transforma realidades y todo lo que le suceda repercute en la compañía", explica Cisneros.
Este profesor relata el caso de Konosuke Matsuhita, presidente de Panasonic, cuya salud fue motivo de preocupación. De ello hace referencia el profesor de Harvard John P. Kotter en el libro El liderazgo de Matsuhita, un manual de referencia para el management actual, cuando dice que el fundador de la multinacional japonesa, que parecía un hombre feliz, "era un ser inquieto, con frecuencia malhumorado y seguía sufriendo de enfermedades físicas misteriosas que lo obligaban a guardar cama".
Un Líder puntilloso
Los que conocen a Steve Jobs le definen como una persona que se fija mucho en los detalles de los productos y del trabajo de su equipo. La compañía no suele promocionar a los altos directivos, sino que Jobs capta a la mejor persona para la tarea. Es muy exigente con los que le rodean, lo que provoca salidas como la de fichar a Mark Papermaster, que duró poco más de un año como vicepresidente sénior.
La imagen de Michael Jackson, reforzada
"Este es un momento muy serio para Jobs. Hay una posibilidad real de que la salud le impida volver", opina Varsavsky. "Pero con los productos que tienen actualmente no se va a resentir la empresa", cree."La compañía está suficientemente consolidada para que cualquier producto vaya a tener esa aura y se convierta en un boom de ventas", apunta Romero. "Si llegase a fallecer ni sería negativo ni catastrófico para la empresa. Por supuesto que tendría impacto mediático, pero podría pasar como con la muerte de Michael Jackson, que se reforzaría la imagen de Apple".Varsavsky cree que la clave está en el desarrollo de los artículos de la firma como el iPad: "Si con el Mac la empresa aguantó 20 años, con lo que tienen ahora, profundizando en la mejora de los productos, pueden aguantar otros tantos"."Seguro que habrá lanzamiento de nuevos productos. La creatividad y el diseño ya está asumido internamente en la empresa. No es creíble que todo eso se vaya a perder", cree el directivo de Everis.