Adrian Mustelin inicia la venta de sus gafas 'de sastre'
Encontrar un nicho de mercado que aún no se encuentre exhausto suele el fruto de una profunda investigación.
Por eso, que coincida con una de tus aficiones preferidas solo puede considerarse una estimulante casualidad. Adrian Mustelin, de origen uruguayo y finlandés, pero afincado en Barcelona desde hace años, ha encontrado en el diseño de gafas a medida una de estas rara avis.
"Cuando empecé a estudiar, no sabía que existía una profesión de diseñador de gafas, pero un profesor de ergonomía me habló de ella. A partir de ahí comencé a investigar, me especialicé en este tema y... desde ese instante todo sucedió por un efecto dominó", asegura Mustelin.
Puntiagudas, redondeadas, forradas de piel o nacaradas... Su propuesta de gafas de sastre acaba de aterrizar en el mercado. Su forma de actuar es la siguiente. Prepara cuatro modelos de anteojos adaptados al estilo, los gustos y las facciones de la cara del cliente, y éste elige entre ellos las gafas que más le gustan. Los anteojos personalizados de Mustelin, fabricados en acetato y decorados con detalles de metal, pueden costar entre 800 y 1.200 euros, según el tiempo invertido en los diseños. El artesano reconoce que se trata de un servicio exclusivo y explica que su alto precio se debe al valor artístico del producto.
Las gafas a medida representan solo una parte de la actividad de Mustelin, que también se dedica al diseño de colecciones de anteojos que se venden en tiendas. Destacan, entre ellas, la inspirada en las lentes Persol, del artista italiano Guiseppe Ratti, uno de los clásicos de este peculiar segmento de la moda, así como la dedicada a Emmanuelle Khanh. Ha colaborado con algunos diseñadores de moda y les ha creado colecciones que forman parte del atrezzo de las modelos en el desfile de presentación.