Renault presenta una denuncia por espionaje industrial a su proyecto de coche eléctrico
El fabricante automovilístico francés Renault presentó ayer una denuncia por un supuesto delito de "espionaje industrial, corrupción, abuso de confianza, robo y encubrimiento cometidos en banda organizada". La demanda se interpone después de que la empresa describiera "hechos graves que han perjudicado a la compañía, en particular a sus activos estratégicos, tecnológicos e intelectuales".
Aunque la denuncia de Renault no es contra ninguna persona concreta -se ha presentado a la Fiscalía de París "contra x", según la práctica jurídica francesa- en el fondo del asunto está la suspensión de empleo y sueldo de forma cautelar de tres ejecutivos de la compañía que, supuestamente, habrían vendido secretos del vehículo eléctrico de Renault empresas chinas.
Según ha publicado en los últimos días el diario Le Figaro, la red que ahora se denuncia utilizó una cuenta bancaria en Suiza y otra en Liechtenstein, con 500.000 euros y 130.000 euros, respectivamente. Este dinero procedía, según el rotativo, de China Power Grid Corporation, un gigante de la distribución eléctrica con base en Pekín.
Xavier Thouvenin, abogado de Michel Balthazard, vicepresidente de planificación avanzada de Renault, el mayor cargo implicado en el caso, explicó a Reuters que su cliente está aún a la espera de saber de qué se le acusa. "Está en estado de shock por el caso, pero va a limpiar su nombre", dijo el abogado. Los otros dos ejecutivos a los que Renault ha apartado de sus funciones son Bertrand Rochette, número dos de Balthazard, y Matthieu Tenenbaum, responsable del programa del vehículo eléctrico. Ambos han negado su participación en la venta de información de la marca del rombo.
Lotus Renault F1
Por otra parte, la escudería Lotus Renault F1 presentó ayer su nueva imagen que, tal y como se esperaba, recupera los colores negro y dorado de la última etapa de Lotus en la categoría. El equipo, a partir de este año, dejará de tener base en Francia para asentarse en Inglaterra. Francia pierde así su última presencia en la máxima competición automovilística, sin pilotos, equipos ni gran premio en el calendario.