Lucha por el control de EADS
El grupo aeroespacial franco-alemán EADS ha dicho esta semana que ha despachado el pedido más grande de su historia con la venta de 180 aviones Airbus a la aerolínea india IndiGo. El acuerdo, por más de 16.000 millones de dólares (unos 12.000 millones de euros), justifica la ofensiva del presidente ejecutivo de EADS, Louis Gallois, hacia los mercados emergentes.
Es la confirmación de que la empresa se está recuperando de las dificultades industriales con las que ha bregado. Pero no todo va bien. Una nueva pelea por la gestión de su cúpula está complicando su futuro a corto plazo. EADS está controlada conjuntamente por dos accionistas mayoritarios. La automovilística alemana Daimler y un holding controlado por el Estado francés y el grupo mediático Lagardère poseen cada uno el 22,5% de las acciones.
La entidad tenía una estructura de doble mando hasta que una crisis en 2006 demostró lo inmanejable que era. Franceses y alemanes acordaron entonces un sistema rotatorio: un alemán para presidir el consejo de EADS, un francés a la cabeza de las operaciones de la compañía y otro alemán en la dirección de Airbus, la mayor división de EADS. Esto cambiará en 2012 con el intercambio de plazas entre franceses y alemanes. Arnaud Lagardère, jefe del grupo mediático del mismo nombre, podría convertirse en presidente no ejecutivo.
Como sistema de cuotas, es ridículo. Pero, contra todo pronóstico, ha ayudado a que EADS se normalice. Algunos sostienen que todo debería seguir igual en 2012. Los críticos insisten en que Lagardère no da el perfil para convertirse en presidente de EADS. Su competencia ha sido durante mucho tiempo tema de debate en los círculos empresariales franceses. Por otra parte, Lagardère nunca ha mostrado un gran interés por EADS, y está incluso buscando vender la participación del 7,5% del grupo.
La paz de los últimos cuatro años siempre pareció demasiado buena para ser cierto. Pero una suspensión de los acuerdos de 2007 abriría la caja de los truenos. EADS puede vivir con un presidente débil -los Gobiernos alemán y francés seguirán manejando los hilos de todos modos-. Y el fabricante de Airbus no puede permitirse otra grave crisis de gobernanza. Mejor dejar las cosas como están.
Por Pierre Briançon