El transporte recupera el pulso
El transporte de personas y mercancías está recuperando el pulso perdido en casi todos los modelos de movilidad, el síntoma más fiel de que la actividad económica ha vuelto a los cánones tradicionales, aunque no haya recuperado los niveles anteriores a la crisis en muchos países. En 2009, las caídas de actividad comercial entre los distintos países fue de tal magnitud que los precios de los fletes descendieron no menos de un 80%, y hasta los precios de los seguros hacían poco rentable el transporte marítimo. Mover grandes cantidades de manufacturas desde Europa a Asia cotizaba a tasas sorprendentemente bajas, y era el mejor indicador de que la economía estaba paralizada.
En 2010, con el sesgo que supone comparar con un año ultranegativo, se han recuperado los volúmenes de carga tanto en transporte aéreo como marítimo, aunque es cierto que los mejores comportamientos se producen en los tránsitos internacionales: el volumen de carga aérea nacional gestionada por AENA ha descendido un 4% en el año, y el transporte nacional de viajeros desciende en tasa anual en todos los modos. Algo se mueve alrededor del comercio y es una oportunidad que AENA e Iberia quieren aprovechar con la ampliación de la capacidad de la terminal de carga de la T4 para productos entre Europa y Latinoamérica.