El método Bendelac para convertirse en un ave fénix
'Lo importante no es cómo te caes sino cómo te levantas' anima a crecer en las coyunturas difíciles.
Hay pocas cosas en la vida tan dolorosas como la muerte de un padre. El publicista Stanley Bendelac lo sabe bien y no teme en comenzar su libro Lo importante no es cómo te caes sino cómo te levantas recogiendo su terrible historia personal. A los 18 años, su progenitor le recomendó ir a estudiar a París estudios comerciales en una prestigiosa escuela, una formación que le abriría oportunidades ya que no tenía muy claro qué estudiar. Al poco, llegó a la capital francesa su padre. Allí le diagnosticaron una enfermedad que acabaría rápidamente con su vida. Apenas unos meses después, por Navidad, el joven Bendelac volvió a su Tánger natal. Pero llegó la triste noticia. "Te quería ver antes de morir, es lo que le mantenía en vida", lloraba su madre.
"Por él y por mí saldría adelante. Qué fuerza tiene la conjunción de dos voluntades: la de la persona que te ha querido y que sientes su amor, y la tuya misma", reconoce Bendelac en el primer capítulo del libro. Una introducción dura, triste, pero que reconforta si se piensa en la capacidad del hombre para superarse.
La idea de esta obra (editorial Lo que no existe) le surge al publicista tras un encuentro con un ex cliente en el Hotel Palace de Madrid:
El publicista ha trabajado con clientes como Mercedes, Henkel, Open Bank, Movistar, Renfe o Citroën
"-¿Sabes cómo te llaman en el sector?, le dice su amigo.
-Ni idea.
-Stanley, te llaman el ave fénix".
De ahí le surgió la idea por la que todo hombre debería ser un ave fénix y ser capaz de renacer siempre de sus cenizas. Una enseñanza muy acertada en momentos de crisis, cuando muchas personas acaban en el paro, los emprendedores no son capaces de arrancar o los negocios se van al traste por falta de demanda o de crédito.
Resilencia
La obra se mueve bajo el concepto conocido como resilencia, "esa mezcla de resistencia y flexibilidad que nos permite encajar sin rompernos y superar todo tipo de infortunios", explica el psiquiatra Luis Rojas Marcos en el prólogo. El objetivo de Bendelac "es admirable: explicar a los lectores las claves que nos ayudan a no claudicar ante los reveses que amenazan nuestra seguridad y sentido futuro", cree.
Stanley Bendelac, diplomado en Empresariales por HEC (Hautes Etudes Commerciales) de París, es uno de los publicistas más prestigiosos de España. Durante 35 años fue presidente del Grupo Delvico Bates España, agencia que fundó en 1970 y que tras su venta a Bates Worlwide, pasó a ser una de las compañías líderes del mundo en su sector. A lo largo de su trayectoria profesional ha trabajado con un gran número de clientes, tales como Mercedes-Benz, Henkel, Mars, Gallina Blanca, Open Bank, Turespaña, Movistar, Renfe o Citroën.
Precisamente, el autor comienza a contar sus vicisitudes con el caso de Citroën. Cualquier seguidor de la serie televisiva Mad Men, sobre la prehistoria del mundo publicitario en EE UU, sabe a ciencia cierta que la pérdida de un gran cliente puede ser la ruina para una agencia. Eso es lo que le pasó a Bendelac.
Fundó su agencia con la cuenta del fabricante francés de automóviles. Durante 13 años fue su cliente principal. Hasta que llegó un nuevo director de marketing que se la llevó a la competencia. Delvico se quedaba sin sus principales ingresos. "Un golpe duro. Con la pérdida de Citroën iniciamos nuestra travesía del desierto. Uno de los periodos más difíciles de mi vida profesional".
Así que la siguiente apuesta pasó por ganar una nueva cuenta de otra casa de coches, en este caso de Seat. Sacaron toda su experiencia con la marca francesa. "Teníamos miedo a perder. Y perdimos. Si bien la pérdida de Citroën fue un golpe duro, no ganar el concurso de Seat supuso una herida punzante. Fue como ver la luz del túnel y que, de pronto, desapareciera ente nuestros ojos". Pero el ave fénix resucitó. Ese es otro capítulo.