La reanimación del consumo de EE UU
Los estadounidenses pueden sentirse menos seguros, pero esto no se interpone en la celebración de las fiestas. Los compradores elevaron las ventas minoristas y de servicios un 5,5% en el periodo previo a la Navidad, según MasterCard Advisors. El recorte del impuesto sobre la nómina del próximo año para el 90% de la población activa que aún tiene trabajo debe mantener animado a los centros comerciales en 2011. Pero el mercado de la vivienda ofrece una historia con advertencias.
Los precios de la vivienda están dispuestos a alcanzar otra vez tasas negativas. De hecho, el informe de S&P / Case-Shiller, que analiza 20 áreas metropolitanas, así lo indica. Cayó un 0,8% en octubre, eliminando las ganancias previstas a principios de este año cuando el crédito fiscal a la vivienda del Gobierno empujó a los indecisos a comprar casas nuevas. Este programa expiró en abril y los precios han estado cayendo desde mayo.
El recorte fiscal del 2% negociado sobre las nóminas como parte de un paquete fiscal más amplio de 900.000 millones de dólares de estímulos se sentirá de forma inmediata en los sueldos de los consumidores, dándoles un incentivo adicional para visitar los centros comerciales. El mercado de trabajo puede estar pésimo por la tasa de paro del 10%, pero se ha estabilizado. Eso significa que los que tienen trabajo se sienten más cómodos gastando su subida salarial en lugar de almacenar el dinero como las ardillas.
El problema de confiar en esta medida es que es temporal, como la de vivienda. El Congreso aprobó la reducción del impuesto solo por un año. A menos que la economía repunte y los empleadores aumenten los salarios, la contención del gasto en 2012 podría ser espectacular.
El estado de ánimo de EE UU sigue siendo cualquier cosa menos exuberante. Un grupo industrial dijo el martes que la confianza del consumidor disminuyó en diciembre, en lugar de mejorar, como se esperaba. Con los costes energéticos subiendo y la caída de los precios de la vivienda, los consumidores podrían estar aún más vigilantes. Y eso podría amortiguar el golpe de estímulo incluso antes de su expiración.
Agnest T. Crane