Gómez-Acebo & Pombo inicia el año con nueve socios más
La firma cuenta actualmente con 330 profesionales, 65 de ellos altos cargos.
A pesar de que la situación de crisis económica está afectando también a las firmas de la abogacía y a sus profesionales, que siguen experimentando incrementos salariales muy por debajo de los de años atrás, los bufetes no han querido cerrar el ejercicio sin realizar las tradicionales promociones a la categoría de socio.
En el caso de Gómez-Acebo & Pombo ha sido la junta de socios la que ha decidido el nombramiento de nueve nuevos altos cargos. De esta forma, el número de socios pasa de 56 a un total de 65. El órgano directivo del despacho ha valorado "su destacada capacidad profesional, su brillante trayectoria y su permanente dedicación a la firma".
El año pasado este mismo despacho nombró en noviembre a ocho nuevos socios, uno menos que en 2010, lo que supone un crecimiento del 16% en esta categoría durante los últimos dos años. En esta ocasión, los nombramientos se han retrasado a diciembre y no tendrá efecto hasta el 1 de enero de 2011.
Las áreas mercantil y financiera han sido las divisiones más reforzadas
Seis de las nuevas designaciones corresponden a la oficina de Madrid, que se refuerza especialmente en el área mercantil con el nombramiento de tres nuevos socios. Sergio Antón, Estibaliz Aranburu y Rubén Ferrer estarán en la cúpula de este departamento.
Antón, especializado en fusiones y adquisiciones, licenciado en Derecho por la Universidad CEU y máster en Derecho Empresarial, cuenta con una dilatada experiencia en derecho societario y contratación mercantil. Por su parte, Aranburu ha ejercido como profesora asociada de Derecho Constitucional Español y Autonómico en la Universidad del País Vasco. Mientras que Rubén Ferrer, licenciado y máster en Derecho por Esade, cuenta con una gran práctica en operaciones de compraventa de empresas, reestructuraciones societarias y contratación internacional. Además, ha trabajado como Foreign Associate en Cravath, Swaine & Moore, en Nueva York y Londres.
En el área mercantil, pero en Barcelona, la firma ha seguido apostado por el equipo promocionando a Daniel Marín, un letrado, máster en Derecho cum laude por la Universidad de Columbia (Nueva York) que preside actualmente el Comité de Inversiones Internacionales de la American Bar Association.
Otra de las divisiones que ha tenido un mayor reconocimiento ha sido la de banca y mercado de capitales, con tres nuevos nombramientos, dos de ellos en Madrid y uno en Vigo. María García de la Concha se convierte así en nueva socia de esta práctica, en Vigo. Cónsul honoraria en el Reino Unido en Galicia y licenciada en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas, esta abogada cuenta con la especialidad de Letrado Asesor de Empresas.
En esta misma área, pero en Madrid, destaca asimismo la elección de Santiago Gómez-Acebo, ex Herbert Smith, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y máster Finance and Banking Law por la Fordham University de Nueva York, así como la de Verónica Romaní, abogada especializada en financiación de proyectos, en energías renovables, financiación de activos, financiación corporativa y préstamos sindicados.
En la división de Procesal y Arbitraje se ha llevado a cabo el ascenso de Gonzalo Ardila, abogado especializado en procesos judiciales civiles y en arbitrajes comerciales nacionales e internacionales.
Por último, en Bruselas y en Derecho de la Competencia, se ha designado a Miguel Troncoso, como nuevo socio. Este licenciado por la Universidad de Navarra y máster de Derecho Comunitario por la Universidad de Lieja (Bélgica), es miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Bruselas.
Actualmente, Gómez-Acebo & Pombo cuenta con más de 330 profesionales, de los cuales serán ya 65 socios, y más de 140 personas vinculadas a la estructura de la gestión.
La estrategia de formación en una de las firmas punteras
Uno de los mayores alicientes que presentan las grandes firmas de la abogacía para los profesionales es la formación, que en caso de Gómez-Acebo & Pombo varía en función del escalón en la carrera en la que esté el letrado y de su propia decisión.Así, por ejemplo, el aprendizaje de idiomas, como el inglés, francés, alemán, portugués y catalán, es voluntario. También se hacen programas ad hoc para abogados que lo solicitan.Los letrados de primer año reciben 220 horas obligatorias mínimas, que se incluyen dentro del Curso de Iniciación a la Profesión de Abogado, donde se imparten módulos jurídicos y no jurídicos.En el curso iniciado el pasado septiembre se hizo hincapié en cubrir con acciones formativas identificadas para cada fase de carrera, las habilidades y competencias necesarias para desarrollar su trabajo.