Cajastur y CAM cierran una fusión completa del negocio bancario
No hay tiempo para experimentos. Cajastur, CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura cerraron ayer un proceso de concentración que es de hecho una fusión de todo su negocio bancario en la nueva entidad que marcará toda la política financiera, incluida la banca minorista, actividad que desarrollarán las cajas por delegación.
Los consejos de administración de Cajastur, Caja Mediterráneo (CAM), Caja Extremadura y Caja Cantabria cerraron la fusión de sus negocios financiero a través del banco común que han creado y del que son las accionistas. El acuerdo ratificado ayer por los respectivos órganos de gobierno supone la cesión total y sin matices de todos los activos y pasivos afectos al negocio financiero a favor de la entidad central del SIP.
Las cajas se acogerán "al ejercicio de la actividad financiera por vía indirecta". Esto significa que, en realidad, toda la política de gestión del grupo, tanto la que afecta a los mercados mayoristas como en la banca minorista, se decidirá desde el banco común y las cajas la aplicarán en sus territorios, donde operarán con su marca, al menos de momento.
Las cuatro entidades que formarán la quinta entidad financiera española (por detrás de Santander, BBVA, la fusión Caja Madrid-Bancaja y La Caixa) explicaron ayer que la decisión de ir más allá en el compromiso que se suponía inicialmente para el Sistema Institucional de Protección (SIP) se debe a "la voluntad de desarrollar el proyecto en las condiciones más adecuadas para afrontar los retos de la actual coyuntura".
Las cuatro cajas firman una fusión con una estructura jurídica que se adapta a la legislación vigente, y que por tanto no debe esperar modificaciones ni legales ni fiscales que algunos actores demandaban.
El modelo más sólido
La decisión de llevar el SIP a sus últimas consecuencias, no ha sido un camino fácil, especialmente en CAM, donde las reticencias a ceder todo el poder y el negocio al banco se han cristalizado en varios amagos de romper el acuerdo. Sin embargo, tanto las presiones del Banco de España como la delicada situación de la caja ha dejado pocas opciones de maniobra.
El grupo, que aún no se ha bautizado, aseguró ayer que se trata "del modelo más sólido de los posibles y es la consecuencia de las decisiones adoptadas desde el inicio del proceso, en mayo de 2010, de mutualización del 100% de los beneficios y compromiso de solvencia, así como del acuerdo de final de noviembre por parte de todas las cajas participantes de delegar en la nueva entidad central todas las facultades necesarias para la efectiva gestión y dirección unitaria del SIP".
El mensaje de entidad única también se quiere hacer llegar al mercado internacional que también mira con atención los procesos de concentración en la banca española. "Se trata de disponer de la mejor estructura y recursos para cumplir los requerimientos que están planteando los mercados financieros, las agencias de rating, el Banco Central Europeo y el Banco de España".
El nuevo grupo contará con unos recursos propios básicos de 7.400 millones de euros, que se reforzarán con la aportación de 1.493 millones de euros del FROB.
Un consejo en el que los políticos están vetados
El nuevo banco participado por Cajastur, CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura tendrá un consejo de administración que no estará formado fundamentalmente por ex políticos como ha ocurrido con el SIP de Caja Madrid y Bancaja.De momento, de los 14 miembros hay diez nombrados: los cuatro presidentes de las cajas y los cuatro directores generales, a los que se suman otros dos que nombró CAM ayer, Roberto López, que se incorporará como director general, y el empresario Ginés Pérez. Cajastur aún tiene pendiente nombrar a otros dos miembros del consejo. Todas las fuentes apuntan a que no serán personas con un perfil político, como tampoco lo tendrán los dos independientes.Por otra parte, CAM aún no ha decidido qué hará con las cuotas participativas que emitió y que forman parte de sus recursos propios.