Cameron amenaza a la banca con más impuestos si siguen los bonos millonarios
El primer ministro británico, David Cameron, amenazó hoy a los bancos con más impuestos si no ponen freno a los bonos millonarios que reciben sus directivos.
En declaraciones en Bruselas al término de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, Cameron apuntó que habrá un nuevo enfoque hacia los ingresos impositivos procedentes de la banca si no hay un cambio de las prácticas de remuneración en el sector.
"Creo que tenemos que empezar a pensar más sobre los ingresos que conseguimos de los bancos. Lo que queremos son ingresos sólidos y sostenibles, de manera que podamos utilizarlos adecuadamente", dijo.
El líder conservador británico subrayó que los bancos tienen que entender "el contexto político" nacido del rescate de las instituciones financieras con dinero público, en un momento en el que los contribuyentes sienten con fuerza el impacto de la crisis.
Cameron calificó de "mortificante" la visión de los banqueros otorgándose "bonos injustificados", y defendió la necesidad de mostrar responsabilidad social en los momentos difíciles.
"Tuvimos que rescatar financieramente a los bancos y utilizar dinero de los contribuyentes en una situación económica difícil, y sin duda creo en la responsabilidad social, en que la gente tiene que pensar en sus responsabilidades cuando toman estas decisiones".
"Y por supuesto que cada decisión de ese estilo por parte de los bancos hace más difícil mantener un régimen fiscal en el que estarían de acuerdo", agregó el primer ministro.
Cameron respaldó de esta manera a su viceprimer ministro, Nick Clegg, que pidió "una restricción visible" en el próximo reparto de bonos en unas declaraciones al diario "Financial Times" que causaron malestar en las instituciones financieras de la City.
"Es absolutamente insostenible que millones de personas hagan sacrificios en sus vidas mientras los bancos no sufren ningún castigo", dijo Clegg, quien añadió que "los bancos no deben hacerse ilusiones, porque el Gobierno no permanecerá de brazos cruzados".
Esta retórica no gustó en los bancos y causó escepticismo en círculos políticos, que consideraron que el Gobierno de coalición de conservadores y liberaldemócratas sólo busca mejorar su imagen.
Además, fuentes del Gobierno afirmaron a la agencia local de noticias PA que no son previsibles medidas políticas a corto plazo para forzar a las instituciones financieras a cambiar su política.
Los ministros de Economía, George Osborne, y Empresas, Vince Cable, tienen previsto reunirse la semana que viene con los responsables de los principales bancos de la City, con el asunto de los bonos como uno de los principales de la agenda.
Desde el propio Partido Conservador, el diputado Mark Field acusó a Clegg de "amenazar sin fundamento" a los bancos y pidió al Gobierno que evite la demonización de los banqueros.
El responsable de Economía del Partido Laborista, Alan Johnson, manifestó por su parte que las declaraciones de Cameron y Clegg son una columna de humo para tapar el descontento causado por el recorte de los gastos sociales, especialmente el encarecimiento de las tasas universitarias, que han derivado en violentas protestas callejeras.