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Columna
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La crisis de deuda española

Los costes de financiación de España están aumentando y su calificación crediticia está bajo presión. Sin embargo, su mercado de bonos es más saludable que el de Irlanda o Portugal. Hay muchas nubes en el horizonte, pero España puede todavía evitar un rescate.

La subasta de deuda española del pasado 16 de diciembre fue una mezcla de noticias buenas y malas. Los rendimientos muestran una subida en los costes de endeudamiento. Aunque lo bueno es que más del 70% de la deuda fue adquirida por inversores externos. España no es un paria internacional.

El Gobierno español puede suspirar con alivio ya que el país no está en el mismo grupo de los denominados periféricos de la zona euro. La deuda española es comprada por los inversores de bonos tradicionales de deuda pública, a diferencia de Grecia o Irlanda que ahora está en manos de compradores de deuda de países con problemas. España es más barata en el mercado que otros soberanos periféricos: la diferencia entre los precios de oferta y demanda, de 50 céntimos, se compara con los 180 céntimos de Portugal o los más de 200 de Irlanda. El mercado es más amplio; cerca de la mitad de la deuda española es adquirida por inversores locales, lo que hace que el país sea menos dependiente de los prestamistas externos.

Sin embargo, 2011 será difícil. Los inversores pueden comprar por ahora deuda española, pero son prudentes. El flujos de los fondos examinados por el Bank of New York Mellon muestra que los inversores han reducido las explotaciones en las últimas semanas. Madrid necesita recaudar alrededor de 170.000 millones de euros el próximo año y, de acuerdo con Moody's, puede requerir hasta 80.000 millones más para recapitalizar sus bancos, los cuales deben refinanciar cerca de 90.000 millones.

Para evadir un rescate, España debe demostrar que puede resolver la escasez de capital en el sector bancario y, a la vez, reducir su déficit. Y necesitará ayuda de Europa. El BCE podría ayudar más mediante la ampliación de sus compras de bonos que incluye la deuda española. Europa también puede actuar antes para evitar el rescate. Ayudar a un país tan grande podría ser políticamente polémico en el núcleo europeo y elevaría los temores de que el contagio se extienda más allá de la periferia, a Italia o Bélgica. Pero para los inversores con agallas suficientes para resistir la volatilidad del mercado, esa bien puede ser la mejor justificación para comprar deuda de España.

Neil Unmack

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