Moody's amenaza con rebajar el rating de Grecia
La agencia de calificación crediticia Moody's Investors Service ha situado en revisión para una posible rebaja el rating de Grecia, 'Ba1', debido a las dudas sobre el elevado nivel de endeudamiento de la economía helena y el apoyo con el que contaría en caso de que siga teniendo el acceso cerrado a los mercados, según anunció la agencia en un comunicado.
Moody's reconoce el "significativo progreso" realizado por el país heleno a la hora de poner en marcha su gran esfuerzo de consolidación fiscal, pero alerta de un incremento de la incertidumbre sobre la capacidad de Grecia de reducir su deuda hasta niveles sostenibles, dada la reciente revisión al alza del dato hasta el 126,8% del PIB.
Asimismo, también reconoce las dudas que ha despertado el débil crecimiento en los ingresos observado en 2010, así como el nivel y las condiciones de ayuda con la que podría contar Grecia a partir de 2013, en caso de que su acceso a los mercados siga cortado. En concreto, señala que la capacidad y la voluntad de las autoridades europeas de la UE y el FMI de dar ayuda adicional a Grecia "no está asegurada" y depende en concreto del desarrollo del programa acordado.
"Grecia ha hecho significativos avances a la hora de implementar su gran esfuerzo de consolidación fiscal. Sin embargo, el desafío de reducir la deuda a niveles sostenibles ha aumentado al mismo tiempo por factores tanto domésticos como regionales", explicó la responsable de análisis de deuda soberana para Grecia de Moody's, Sarah Carlson.
Por este motivo, explica que su revisión se centrará en los factores que influirán en la dinámica de la deuda griega en los próximos años, principalmente el crecimiento nominal y la consolidación fiscal. Asimismo, también tendrá en cuenta los riesgos que rodean a la implementación de las medidas, que parecen ser "particularmente elevados" para 2011 por razones tanto políticas como administrativas.
En este sentido, apunta que es posible una rebaja de varios escalones si concluye que existe un riesgo creciente de que el ratio de deuda respecto al PIB no pueda estabilizarse en un periodo de entre tres y cinco años, o de que haya un mayor riesgo de que el apoyo de la UE sea menos fuerte después de 2013 de lo que la agencia había asumido anteriormente.