Más formación y menos subvención
La crítica situación del empleo en España exige medidas urgentes y contundentes, pero sobre todo eficaces e inteligentes. Una de las primeras decisiones que adoptó el nuevo ministro de Trabajo al llegar al cargo fue ascender la Secretaría General de Empleo a rango de Secretaría de Estado. Era de sentido común, algo que parece no faltarle a Valeriano Gómez, que con el desarrollo de la reforma laboral pendiente y las múltiples negociaciones a afrontar con los agentes sociales, quien se siente a la mesa por el Gobierno sea, si no el ministro, su mano derecha.
Ayer se estrenó la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, ante la Comisión de Trabajo del Congreso, donde explicó las grandes líneas del departamento. Y causó buena impresión. Mientras en otro foro el secretario general de CC OO, Ignacio Toxo, sacaba a relucir el fantasma de otra huelga general, Rodríguez explicaba que el Ejecutivo tomará la iniciativa si empresarios y sindicatos no llegan a un acuerdo sobre la reforma de la negociación colectiva. Además, anunció un nuevo programa de ayuda a la formación, alternativo al eliminado de los 426 euros, que va en la línea de potenciar la formación y de algo tan sencillo como importante: que la política de promoción del empleo pase de pasiva a activa. Es decir, que pase de ser una simple subvención a promover la formación y la iniciativa.