Merkel apoya la "necesaria" compra de títulos de deuda por parte del BCE
La canciller alemana Angela Merkel apoyó hoy la estrategia del Banco Central Europeo (BCE) de adquirir bonos de los países de la eurozona más endeudados con el objetivo de aliviar la crisis de la deuda y estabilizar la moneda común.
Merkel consideró "necesaria" esta medida en una reunión con el grupo parlamentario de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), según recogieron medios locales citando a participantes.
Tras la estricta postura mostrada en público en las últimas semanas, la canciller apostó ante los miembros de su formación por hallar una solución que combine "afecto" y "firmeza", que aúne "la "solidaridad" de los países ricos de la Unión Europea (UE) y la necesidad de "consolidación fiscal" de los más afectados por la crisis.
Merkel reiteró asimismo que la continuidad del euro no es negociable y se mostró confiada de poder solucionar la crisis del euro en la próxima cumbre de líderes de la Unión Europea (UE), que se celebrará este jueves y viernes en Bruselas.
La canciller se encontró con los parlamentarios de la CDU el mismo día en que varios medios locales informaron de que Alemania apoya una posible ampliación del capital social del BCE, la primera desde su fundación en 1999.
La autoridad monetaria europea podría llegar a tomar esta medida para hacer frente a las posibles pérdidas derivadas del programa de compra de bonos con el que está apoyando a los países de la Eurozona con problemas de financiación.
El próximo jueves tendrá lugar el consejo general del BCE, en el que participan representantes de todos los países de la UE y en donde se podría discutir esta medida.
Esta propuesta supone un punto de inflexión en la crisis financiera, ya que hasta ahora los bancos han confiado en que el BCE comprase deuda de forma ilimitada, pero ahora es la propia entidad monetaria la que necesita más dinero porque prevé pérdidas debido a estas adquisiciones de bonos.
A comienzos del pasado mayo, el BCE empezó a comprar deuda pública de los países que comparten el euro para apoyar a los que tienen problemas de refinanciación, como Grecia, Irlanda, Portugal y España.