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Los países reducen las emisiones de dióxido de carbono

La crisis se alía con el medio ambiente

Crisis para los bolsillos, un respiro para el medio ambiente. No siempre todo son malas noticias. En 2009, el PIB global cayó un 0,6%. Y con él, un 1,3% las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto al año anterior. El desplome de la actividad en España también se ha traducido en menos malos humos, según un estudio de la consultora PwC presentado ayer en la Cumbre del Clima en Cancún, México.

Hace años que la teoría económica recoge planteamientos medioambientales como la famosa teoría de Gaia pergeñada por James Lovelock. Pero no hace tanto que el mensaje verde cala en las empresas y las grandes magnitudes macroeconómicas. Con todo, los países sabedores de la insostenibilidad de sus esquemas productivos transitan lentamente hacia un modelo basado en menores emisiones, explica la consultora.

Pero el mundo no ha adquirido aún la velocidad de crucero y fracasos como el de la bienintencionada cumbre de Copenhague en 2009 no ayudan. El informe de PwC advierte que si quiere lograrse el objetivo de limitar el calentamiento global de la tierra a dos grados centígrados con un horizonte temporal fijado en 2050, los países desarrollados deben acelerar el paso.

Brecha entre países

El primer mundo reduce sus emisiones a un compás cinco veces menor de lo previsto, denuncia la consultora. Para recuperar el tiempo perdido, estos países deberían dejar de escupir a la atmósfera dióxido de carbono a un ritmo sustancialmente mayor: un 3,8% al año hasta 2020.

"El informe nos alerta de nuevo sobre la necesidad de acelerar el ritmo de avance en el proceso de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero", explicó Pedro Larrea, socio responsable del trabajo de PwC.

"Aunque España es uno de los países que han logrado un ritmo de descarbonización más positivo en el último año, deberá acelerar sus políticas y programas de inversión para alcanzar los objetivos fijados hasta 2050".

PwC sostiene que España logró rebajar sus emisiones en 2009 gracias al desplome de la actividad económica, pero subraya que tiene aún un largo trecho por recorrer: entre 2010 y 2050, deberá reducir sus emisiones a un ritmo anual del 3,4%.

Asimismo, la mayor parte de los países en desarrollo han experimentado una evolución peor en comparación con los avanzados, en opinión de PwC. Los expertos explican que mientras el consumo ha caído en buena parte de las economías más avanzadas, los emergentes han soportado mejor los embates de la crisis gracias al tirón de su demanda doméstica y a importantes estímulos fiscales. Muchos de ellos "centrados a menudo en la construcción de infraestructuras intensivas en carbono", reza el informe.

No es el caso de Brasil. La consultora apunta que el gigante latinoamericano se maneja extraordinariamente bien con las energías renovables. La intensidad en la reducción de gases de efecto invernadero fue de un 5,4% en relación a 2008.

Brasil ha realizado una reducción mayor de la prevista y ha allanado el camino para mejoras. "Dentro del G-20, Brasil también es uno de los que se encuentran más cerca al objetivo de una economía baja en emisión de carbono para 2050 a pesar de que persisten desafíos como la deforestación".

España plantea que la UE eleve el recorte al 30%

España aboga por acelerar la lucha contra el cambio climático. La ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Rosa María Aguilar, subrayó ayer en Cancún su apuesta "rotunda" por que la UE eleve su compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero desde el 20% al 30%, en relación a los niveles de 1990. El Gobierno sumó así su propuesta a Francia, Alemania, Gran Bretaña y Dinamarca. Pero otras naciones se muestran más reticentes. Algunos países emergentes no desean renunciar a la mejora de sus estándares de vida basados en modelos productivos muy contaminantes (como antaño lo hiciera el primer mundo). Otra poderosa razón por la que la cumbre de Copenhague y su acuerdo de mínimos coletea en las contradicciones de Cancún. La cumbre que se celebra en México hasta mañana tiene como objetivo poner de acuerdo a 194 países, bajo los auspicios de la ONU, para reemplazar el Protocolo de Kioto cuya fecha de caducidad está a la vuelta de la esquina, en 2012. Asimismo, se pretende establecer un fondo financiero para los países en desarrollo y medidas para reducir las emisiones, adaptarse al cambio climático y reforestar los bosques. Pero a pesar de las buenas intenciones, alcanzar el consenso no será fácil.El Gobierno chino se vio obligado el martes a desmentir su intención de mantener su nivel de emisión de gases de efecto invernadero y subrayar que la extensión del Protocolo de Kioto es una necesidad. En este sentido, la ONU propuso ayer extender por dos años más este tratado. Sin embargo, fuentes cercanas al Gobierno japonés apuntaban que una solución en ese sentido es improbable, informa Bloomberg.Mientras, organizaciones ecologistas como Greenpeace siguen la batalla fuera de las mesas de negociaciones.

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