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A fondo

Santander compra más ladrillo

El banco socorre a los inversores de su fondo inmobiliario tras dos años de bloqueo.

Decir Santander Banif Inmobiliario era sinónimo de decir dinero atrapado sine díe. Hasta el pasado viernes, cuando el banco dio marcha atrás en su estrategia y anunció que liberaría a los partícipes que quisieran irse a partir de marzo del próximo año. Los inversores pueden estar contentos. No tendrán que esperar a un largo y complejo proceso de desinversión de inmuebles que les hubiera permitido recuperar su dinero a cuentagotas.

La decisión del mayor banco de España supone una indudable rectificación de su estrategia inicial, que consistía en hacer asumir a los partícipes los riesgos de pérdidas del producto.

Santander Banif Inmobiliario anunció en diciembre de 2008 que realizaría una tasación extraordinaria para "adecuar el valor del fondo a la realidad del mercado". Con la burbuja del ladrillo reventada, los inversores se asustaron ante esta inesperada resolución. Les estaban diciendo que el valor de su inversión se resentiría. Y mucho. Hasta entonces, podían presumir de unas pingües ganancias anuales del 6,4% en la última década, según los datos de Inverco.

La reacción fue lógica. La cercanía de la siguiente ventana de liquidez -en febrero de 2009- empujó a una abrumadora mayoría de los partícipes a solicitar el reembolso. El fondo no tenía dinero en efectivo para hacer frente a esa avalancha de peticiones, de forma que solicitó a la CNMV su bloqueo. Quería vender los inmuebles y devolver paulatinamente el dinero a los partícipes. Lo previsible era que el valor liquidativo descendiera, como así ha ocurrido en la práctica. A cierre de febrero de 2009 se situaba en 1.374,3 euros, cuando a 30 del pasado noviembre era de 1.222,9 euros. La caída alcanza el 11%. Frente a finales de 2008, el retroceso es del 17,7%. Pero la peor parte se la llevarán quienes invirtieron en el producto en octubre de 2008, cuando marco el récord, pues las minusvalías se sitúan en el 20,1%.

Cuando se hizo público el bloqueo, la reacción de protesta fue enérgica por parte de los partícipes, unos 45.000. ¿Las razones? Se les había vendido un producto calificado en el folleto como de riesgo "bajo" y, en lugar de lo que había hecho BBVA con su fondo de inversión inmobiliaria, se les obligaba a quedarse contra su voluntad con el dinero retenido hasta no se sabía cuándo. Y es que el principal rival de Santander en España hizo de tripas corazón e inyectó unos 1.700 millones de euros en BBVA Propiedad para dar liquidez a los inversores.

El agravio comparativo de los partícipes del Banif Inmobiliario era máximo, al comprobar que el banco buscaba soluciones para los clientes afectados por el fraude de Madoff y por la quiebra de Lehman Brothers. Ellos, en cambio, tenían que cargar completamente con el error. ¿Por qué? De entrada, no existe ninguna razón lógica. Santander no tenía obligación legal de sacar las castañas del fuego a los afectados por Lehman o Madoff, pero lo hizo por una cuestión de reputación.

Sin prisas en las ventas

Santander pensó, quizá, que sería capaz de vender los inmuebles a un precio razonable y que el proceso concluiría en dos o tres años como mucho. Pero el futuro inmobiliario de España continúa teniendo un aspecto muy negro y, hasta el momento, los gestores solo han sido capaces de deshacerse de dos inmuebles.

Los expertos coinciden en que la decisión es la mejor para los partícipes, que, en su mayoría, abandonarán el producto con ganancias: el 71%, según la gestora. Eso sí, todavía no se conoce detalladamente a cuánto venderán las participaciones, pues lo harán al precio que se fijará a finales de febrero, previsiblemente inferior al actual. Y es que en lo que va de 2010, la cartera baja un 6% y en todos y cada uno de los meses su valor liquidativo ha descendido.

Santander, por su parte, no lo notará ni en sus ratios de capital ni en sus resultados. Eso sí, se verá obligado a comprar más ladrillo. La inversión ascenderá a unos 2.300 millones de euros. A cambio, la entidad financiera no tendrá que vender los inmuebles de la cartera contrarreloj y tendrá al menos más contentos a una parte importante de sus clientes.

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