El transporte nos hace más productivos
El próximo 19 de diciembre España dará un nuevo salto en una de sus principales apuestas: la alta velocidad ferroviaria. Con la puesta en servicio de la nueva línea que conectará Madrid con Valencia en apenas una hora y 35 minutos, la red española se convertirá en un referente a nivel mundial, con 2.665 km de líneas de alta velocidad, por delante de países pioneros en Europa.
Desde ese día, la tercera ciudad española más importante, las seis ciudades de nuestro país con más de 500.000 habitantes, estarán conectadas a la red de alta velocidad, y casi la mitad de la población estará a menos de 50 km de una estación de esta
red. Hay que tener en cuenta además que otros 2.931 km más de líneas de alta velocidad están en fase de estudio, diseño o construcción.
Este gran programa de expansión ferroviaria, del que la alta velocidad es solo un exponente, no es fruto de la improvisación o del capricho por contar con un medio de transporte cómodo y moderno. Es el resultado de un ejercicio responsable de planificación que sitúa a España en mejor situación para afrontar el reto de retomar la senda de un crecimiento fundado en cimientos sólidos.
El problema de los gases de efecto invernadero y del cambio climático, unido al incremento de los costes económicos y sociales derivados de la contaminación local y la siniestralidad asociada al transporte por carretera, han devuelto el foco al medio de transporte público más eficiente: los servicios prestados por Renfe durante 2009 produjeron un ahorro en concepto de costes externos de 2.240 millones de euros.
La sostenibilidad ha dejado de ser un mantra para ser el requisito ineludible de cualquier política que, como la de este Gobierno, busque el desarrollo económico en clave de progreso e igualdad. Pero la sostenibilidad en el transporte no pasa solo por garantizar a las futuras generaciones la red más eficiente, sino por gestionar de la mejor manera posible los recursos actuales.
Hemos de dar forma a una nueva arquitectura de nuestra economía, más avanzada, más estable y más productiva. Un marco en el que la competitividad y el crecimiento productivo deben recuperar todo el protagonismo, frente a un modelo que no aporta valor añadido a la sociedad. Se trata de transformar el modelo productivo produciendo no solo nuevos servicios y bienes, sino haciéndolo mejor.
La expansión exterior del ferrocarril español es el mejor ejemplo de esta apuesta. Ya no se trata solo de que los fabricantes españoles de material rodante compitan mano a mano por contratos en todo el mundo, sino que España se ha convertido en el espejo en el que se miran numerosos países que quieren potenciar su transporte ferroviario.
Reflejo de ese interés es el del Ministerio de Fomento por potenciar las relaciones exteriores en relación con las infraestructuras del transporte, y en ese sentido se enmarcan acciones como el viaje que estos días desarrollo en China para presentar a los inversores públicos de este país las oportunidades que se han abierto en España con el Plan Extraordinario de Infraestructuras, que abre la puerta a la colaboración del sector privado y que supondrá una inversión de 17.000 millones de euros.
La entrada del sector privado nos permitirá canalizar más recursos hacia la inversión productiva en infraestructuras prioritarias a largo plazo y conseguir la máxima eficiencia en la construcción, gestión y explotación de estas infraestructuras. Nos permitirá, en definitiva, caminar con más firmeza si cabe hacia un modelo aún más sostenible.
José Blanco López. Ministro de Fomento