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Columna
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Tendiendo puentes

Acuerdo agridulce de Hochtief con Qatar Holding. El grupo de construcción alemán está vendiendo al fondo soberano de inversión de Qatar una participación del 9%. A los actuales accionistas de Hochtief no les gustará que se diluya su participación si el objetivo es obstaculizar un acercamiento no solicitado por Hochtief de su rival español ACS.

La ampliación de 400 millones de euros, 57,114 euros por acción, supone un descuento del 5% respecto al cierre de Hochtief el 3 de diciembre y una modesta prima respecto a la negociación antes de que ACS declarara su interés en septiembre.

El consejo de Hochtief tiene el deber de explorar cualquier opción que proteja a los accionistas del grupo. Hay riesgo de que el control pase a ACS sin que la firma española pague el precio completo de control, ya que las leyes alemanas le permiten comprar acciones siempre que haga una oferta, independientemente de que ofrezca prima.

Si el mantenimiento de la independencia es la ambición de Hochtief, no está claro que tenga éxito. ACS tendrá que comprar más acciones para elevar su participación, ahora diluida al 27%, a poco más del 50%. Esto le costaría unos 1.100 millones de euros, alrededor de 280 millones más que el 3 de diciembre. ACS se lo puede permitir.

La realidad es que Hochtief no necesita más capital. El movimiento de Qatar no tiene sentido de forma aislada. Hochtief ha dicho que venderá participaciones en un par de negocios el próximo año. Que el grupo ha encontrado un caballero blanco a través de un acuerdo aparentemente engrasado por los políticos de Alemania y Qatar es desconcertante. ACS tendrá que pagar más, pero no está claro que la compañía mire por los intereses de todos los accionistas.

Por C. Hughes

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