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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La moda necesita la marca España

El sector de confección textil ha sido uno de los que más se ha desarrollado en el campo manufacturero español las últimas décadas. Paralelamente a la llegada de nuevas figuras del diseño, que tomaban el testigo de gigantes españoles de alta costura, como Balenciaga o Pertegaz, se han expandido grupos industriales de alta sofisticación tecnológica y con vocación netamente internacional. æpermil;stos han supuesto un avance determinante sobre la antigua industria textil y han centrado sus esfuerzos no solo en los campos del diseño y las nuevas tecnologías aplicadas a la producción, sino también en fórmulas nuevas de rotación de producto, logística y distribución. Casos como Inditex -principalmente con su marca Zara, que ya figura como caso de estudio en las escuelas de negocios- o Mango están al mismo nivel, cuando no por encima, de los grandes emporios transnacionales del sector.

Sin embargo, esa virtuosa evolución creativa e industrial no tiene aún el reflejo internacional que se merece en términos de prestigio y marca. A pesar de los importantes acercamientos entre los creativos-diseñadores y la industria, éste es un camino que todavía tiene mucho recorrido en España, hacia una meta que unifique ambos en un conjunto muy fácil de entender: la moda.

En cuanto al producto, la imagen de la moda española nunca ha estado al nivel de la elegancia renovada italiana, ni del glamour francés o el clasicismo británico. Y están a nuestro alcance. Pero es que además, y a pesar de la expansión de los gigantes españoles del retail, éstos siguen sin percibirse internacionalmente como marcas españolas.

Solventar esta carencia es un obligación. El Consejo Intertextil ha encargado un estudio a la consultora Interbrand para definir las carencias y fortalezas del sector y aminorar las primeras mientras se potencian las segundas. Y los resultados son ciertamente poco esperanzadores, porque la moda española aparece como gran desconocida para el gran público, y el tirón de marcas como Zara, Mango, Custo o Desigual es insuficiente. Y lo peor es que estas grandes marcas y otras no se asocian con el concepto made in Spain, y que éste es peor valorado en el campo de la moda que, por ejemplo, el made in Italy o el made in France.

El extraordinario desarrollo reciente en campos como la gastronomía y la restauración ha demostrado que España tiene ese prestigio a su alcance. De hecho, los expertos de la moda reconocen que la denominación de origen España provoca curiosidad por su atrevimiento. La calidad mejorable a la vista de los clientes internacionales, la atomización de la industria y la falta de comunicación de marca, con ausencia de concepto homogéneo, se suman en el lado de las carencias a solventar en un negocio que, además, está en pleno crecimiento por el canal online, lo que le abre de par en par las puertas de todos los mercados del mundo.

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