_
_
_
_
Hong Guang Yu Gao. Miembro de la Cámara de Madrid

"Nuestra respuesta a la crisis es la creación de empresas"

Vicepresidente de la Asociación de Chinos en España, es el primero en formar parte de una organización empresarial española.

"Nuestra respuesta a la crisis es la creación de empresas"
"Nuestra respuesta a la crisis es la creación de empresas"

De buenos modales, hablar pausado y marcado deje a pesar de llevar la mayor parte de su vida en España, 24 largos años. Su negocio de exportación de vino a China le va bien, con un mercado en expansión. "Como se pongan a beber la mitad de los 1.300 millones de chinos que hay en el mundo, aquí nos quedamos sin existencias", bromea entre risas. Pero España no se lo puso fácil. Los primeros años fueron de mucho trabajo y esfuerzo. Hong Huang Yu Gao, 39 años, es el primer emprendedor del gigante asiático que se integró en una institución empresarial española. El primero de muchos otros por venir.

Parece que el colectivo chino gana peso en las instituciones.

Es cierto. Eso es porque dentro de la comunidad inmigrante somos los que tenemos más autónomos. Yo entré en la Asociación de Chinos en España en 1996 y desde entonces he querido compartir mi experiencia empresarial y de integración con la sociedad. Suscribí el primer convenio de colaboración entre la Asociación y la Federación de Empresarios de Madrid (Fedecam) en 2006. Y a partir de ahí trabajo con frecuencia con los empresarios españoles.

¿Cómo comenzó su experiencia?

Llevo 24 años aquí. El comienzo fue duro, como camarero y trabajando con mucho esfuerzo. Vengo de un pueblo muy pequeño y perdido de China de apenas 100 habitantes. No tenía ni idea de español, todo lo aprendí aquí. Llegar a España fue partir de cero. Elegí este país porque mis tíos tenían un restaurante donde podía comer y tenía un pariente que se preocupaba por mí. Al emigrar tan pequeño con 15 años estás obligado a venir con familia. Aprender el idioma fue toda una aventura. Ese es el motivo por el que los chinos trabajan con chinos. La lengua es la principal barrera. No es que no queramos trabajar con los españoles, ¡es que no les entendemos!

Y además se trata de un colectivo muy emprendedor.

Los chinos llevamos el comercio en la sangre. Especialmente en nuestra región que es del interior. Allí no estamos muy acostumbrados a tener mucho apoyo del Gobierno como en otras partes de China, así que tenemos que luchar en condiciones muy duras para ganarnos la vida. La mayor parte de los chinos en España venimos de allí.

¿Y por qué la actividad de los autónomos chinos está tan concentrada en el comercio y la hostelería?

Porque los chinos que llegan no han recibido formación para moverse en otros sectores. Todo es a base de aprender trabajando. Se gana experiencia (atender el cliente, contactar con proveedores) y de ahí se pide dinero o se ahorra para montar un pequeño negocio. Y claro, creas una empresa que sepas atender. Por eso los chinos empezaron con una frutería, una tienda de textil o de alimentación. Yo mismo empecé con 20 años con mi propio restaurante hasta 2006 cuando cambié de negocio. Ahora me dedico a importar muebles fabricados en China y a exportar vino. Pero una cosa está clara, los chinos debemos estar cada día más integrados, ser más legales y más participativos en los organismos públicos. Por eso, el 17 de noviembre la Asociación de Comerciantes de Alimentación Chinos se integró en Fedecam. Queremos preparar y formar para beneficiar a la comunidad china.

¿Que se aporta cada una de las partes de esa integración?

Fedecam gana porque tiene un organismo más que se integra y más representatividad. Pero el que más se beneficia es el colectivo chino. Fedecam da un gran servicio de información, asesoramiento en temas legales y formación.

¿Ustedes notan la crisis?

Nos afecta como a todo el mundo. Pero ante la crisis tenemos otra visión: nuestra respuesta es crear empresas. Ahora el alquiler de locales y los proveedores son más baratos. Es una oportunidad para los empresarios que los costes bajen. Es verdad que la demanda ha disminuido. Por eso tratas de modernizar el negocio; mejoras los escaparates o haces reformas. Hemos cambiado y generado confianza en nuestros clientes.

Pero, ¿el consumidor español también ha cambiado?

Desde el inicio de la crisis hay un gran grupo de consumidores que miran el precio. Y eso de alguna manera también ha ayudado al comerciante chino.

Convertirse en su propio jefe cuesta 30.000 euros

Abrir un comercio de alimentación cuesta entre 30.000 y 50.000 euros. La mayor parte de los autónomos chinos consigue esa cantidad mediante amigos y familiares, según relata Hong. "Unas 10 personas ahorran entre 3.000 o 4.000 euros. Se lo prestan para montar un negocio y luego éstos financian a los que les han ayudado para que puedan abrir también su tienda. Se presta sin interés, es una cuestión de mutuo apoyo".El empresario explica que el colectivo chino raramente acude a los bancos españoles. "Para abrir un establecimiento debes justificar ante el banco tu capacidad de pago para hacer frente al crédito. Un empleado que trabaja ganando poco más de 1.000 euros y que está ahorrando dinero no cumple con los requisitos y por eso las entidades financieras no les prestan".Hong apunta, además, que se está produciendo un nuevo fenómeno: los bancos chinos comienzan arribar a las costas españolas, aunque aún no han comenzado a prestar dinero.La crisis supone un oportunidad para los autónomos chinos aunque también adolecen de algunos problemas serios, recuerda Hong. El más grave: el importe de las sanciones que las autoridades locales imponen por vender alcohol a menores o fuera del horario. "Están imponiendo sanciones duras, de hasta 120.000 euros. Una suma que supone el cierre".

Archivado En

_
_