El sector aéreo pierde altura
Las turbulencias de Rolls Royce sacudirán a la industria aérea. La reputación del constructor de motores de aviación se resiente cada vez más por los nuevos detalles que surgen de Qantas. Y empobrece a sus vecinos de la aviación civil.
Los hallazgos iniciales de la oficina australiana de Seguridad del Transporte sobre el accidente del superjumbo de Airbus permitirán a los inversores e ingenieros hacer mejores y más redondeados juicios sobre este incidente y sus consecuencias a largo plazo. Como están las cosas, sin embargo, el panorama para Rolls no cambia. Sabíamos que los problemas fueron causados por una pequeña, crucial y defectuosa tubería de combustible. Rolls, en colaboración con las aerolíneas, Airbus, y los reguladores estaba emprendiendo rigurosas investigaciones. Y entendimos que las reclamaciones legales por daños probablemente continuarán.
Los inversores han digerido el hecho de que las ganancias de Rolls sufrirán -este año, y en menor medida el próximo-. Pero no hay señales de que la orientación económica de la empresa cambiará. El accidente de Singapur es una excepción. Rolls tiene 142 millones de horas de vuelo desde 1994.
Las consecuencias no afectarán solo a Rolls. Los intentos de los fabricantes y líneas aéreas para proteger sus propias posiciones podrían a la larga ser contraproducentes. Los pasajeros no quieren tener que preocuparse por la navegabilidad o por quien tiene la culpa de los problemas de seguridad. La creación de turbulencias innecesarias sacudirá a toda la industria de la aviación civil.
Por Robert Cole