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Emilio Cuatrecasas. Presidente de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira

"Buscamos presencia en los Emiratos Árabes ante la importancia de los fondos soberanos"

Lidera un bufete que se ha convertido en el segundo más importante del país por número de abogados y facturación. El 20% de sus ingresos dependen ya de las oficinas enel exterior.

Si algo llama la atención al entrar en el despacho de Emilio Cuatrecasas (Barcelona, 1954) es la luz que desprenden los cuadros que enmarcan la estancia y los orígenes del bufete. A la izquierda, la costa catalana donde se fraguó el bufete y a la derecha, Bilbao, la ciudad a la que se trasladó su padre en 1938 como consecuencia de la Guerra Civil. Años después y tras estudiar Derecho en la Universidad de Navarra, el presidente del segundo despacho nacional asumiría con tan solo 23 años la presidencia de la firma que hoy emplea a 980 abogados. Desde entonces comienza una carrera por "acompañar a los clientes en su expansión internacional". Abre la oficina de Bruselas, incluso un año antes que la de Madrid, y desde ahí no para (Nueva York, en 2000; París, en 2004; Londres, en 2006; Casablanca, en 2007, y Shanghái, en 2009). La última, São Paulo, este mismo año.

¿Por qué han elegido Brasil en estos momentos?

La razón principal es el atractivo del país. Nuestras inversiones son a muy largo plazo. El momento de entrada tiene su importancia, qué duda cabe, pero nunca nos planteamos inversiones cortoplacistas. En este caso, la decisión responde más al acompañamiento de las empresas que a la búsqueda de oportunidades, aunque en lugares como París o Casablanca, donde ejercemos el Derecho local, primaron otros motivos.

¿Qué fórmula han elegido para la entrada en São Paulo, dadas las restricciones existentes?

En Brasil, igual que ocurre con China, hay fuertes restricciones para el ejercicio de la abogacía local. El planteamiento de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira ha sido reabrir una oficina que creamos hace años para ofrecer consultoría de Derecho extranjero. Es una figura que tiene prevista el colegio brasileño por la cual podemos dar Derecho español y portugués, y acompañar a nuestros clientes en sus inversiones en Brasil de la mano de despachos locales con quienes tenemos una estrecha relación, como son Piheiro Neto, Machado Meyer o Matos Filho.

¿Quiénes dirigirán esta oficina?

Hemos desplazado a dos socios: Andoni Hernández y João Mattamouros. A finales del año, iremos trasladando asociados para incorporarse a la oficina. En una primera etapa, podríamos contar con cinco personas llegadas de las oficinas de Madrid y Lisboa.

¿Seguirá la expansión internacional? ¿Hacia dónde?

La expansión va a continuar progresivamente, pero no hay ninguna prisa por hacer una ampliación internacional excesivamente rápida. Sin que exista ahora ningún proyecto concreto, pensamos que América Latina es una zona prioritaria. Es posible que en los próximos años, Cuatrecasas amplíe su presencia en algunos países, bien con oficina propia o bien reforzando las relaciones profesionales que ya mantiene con despachos locales. También es posible que busquemos un tipo de presencia en los Emiratos Árabes, por razones obvias. Hay fondos soberanos desde donde se adoptan decisiones muy importantes, algunas de ellas con impacto relevante para España, como el fondo de Qatar. Tampoco me atrevería a excluir una mayor apuesta en alguna capital importante de Asia, además de Shanghái, donde ya estamos. ¿De qué dependerá todo esto? De la dirección que tomen las inversiones españolas y portuguesas.

¿Cuánto pesa ya el sector exterior en los ingresos del bufete?

De la cifra de negocio del pasado año, que ascendió a 235 millones de euros, un 20% correspondió al negocio de las oficinas en el exterior. Sin embargo, hay una cifra superior, que sería la facturación inducida y que es la que aportan socios en el extranjero que luego se facturan en Madrid o en otras oficinas. Tenemos un socio desplazado en Emiratos Árabes desde hace un año y ha sido capaz de cerrar varias operaciones relevantes. Si tomáramos esa facturación inducida, estaríamos en torno a un 30%-35% de los ingresos.

¿Cómo ve el mercado nacional? ¿Podrían aprovechar las oportunidades de la crisis para ganar músculo?

En este momento, es cierto que existen firmas pequeñas y medianas que se plantean la incorporación a bufetes grandes, sin embargo, podríamos decir que el mapa de oficinas ibérico está completo. Tampoco tenemos la idea de abrir nuevas oficinas en España, aunque eso no excluye que podamos aprovechar alguna oportunidad en un mercado específico o por el interés de un despacho concreto, sin embargo, el asunto no lo tenemos encima de la mesa ni es nuestro planteamiento estratégico. El núcleo de nuestro crecimiento es orgánico.

¿Cómo ha afectado la crisis al negocio de la abogacía y, en especial, a su firma?

La profesión está teniendo incrementos muy leves comparados con ejercicios anteriores. En nuestro caso particular, que es pronto para predecirlo porque los meses de noviembre y diciembre son decisivos, será discreto. Venimos de una etapa donde se alcanzó un pico del 28% de crecimiento. Luego pasamos a incrementos sostenidos de un 12% desde 2004 a 2007. A partir de 2008, la situación se resiente. El año pasado fue la primera vez que la facturación descendió un 2,5% y este año confiamos en lograr un repunte discreto.

¿Qué es lo que más ha influido en el descenso de los ingresos?

Por un lado, se ha producido una fuerte presión de los clientes por conseguir una reducción de honorarios. Por otro, ha habido compañías que han dejado de operar al entrar en insolvencia y luego, ha habido un menor número de operaciones en el mercado. Sin embargo, empezamos a observar movimientos de compras, de fondos de inversión, desinversiones y consolidaciones.

¿A cuánto ha llegado la caída de honorarios?

En términos globales, no sé, pero ha ejercido una gran influencia en la contención del crecimiento. El riesgo importante en esta materia es que puedes tener un presupuesto aceptado y lo puedes convertir en muy rentable, reduciendo el número de abogados que vas a dedicar a este caso, pero ahí se puede poner en peligro la calidad.

¿Cómo interpreta las quejas de los departamentos jurídicos de las compañías sobre la gran cantidad de abogados que emplean por cada caso?

Ahora los despachos tratamos de que exista un socio responsable del cliente y que éste sea quien canaliza todas las relaciones con el cliente. A éste se le encomienda, y esto sí es nuevo, que gestione internamente los recursos dedicados al cliente. Eso no existía hace 10 años. Los socios no tenían dentro de sus funciones el gestionar eficazmente el número de abogados ni los tiempos, pero en estos momentos se hace así para conseguir que el servicio ofrezca el mejor coste eficiente.

¿Cómo ve el ciclo negativo? ¿Terminará en 2010?

Nadie es capaz, ni los más expertos, de poner una fecha final a la crisis, sin embargo coincido con la mayoría en señalar que lo peor de la crisis ha pasado. Sin embargo, también creo que ahora existen más posibilidades de que tengamos un susto que una sorpresa positiva. Lo cierto es que se vislumbra un próximo 2011 difícil y un 2012 también complicado. En 2012 a España le costará entrar en un terreno optimista.

¿Podríamos ver una mayor consolidación en el sector de la abogacía a nivel mundial?

Hay intentos de consolidación global, pero de momento la abogacía viaja mal por la soberanía de las distintas jurisdicciones. No es lo mismo ejercer en España que en Francia. Ni los tribunales son iguales, ni las prácticas son iguales, ni las costumbres. Además, la abogacía tiene un elemento personal de gran intensidad basado en la confianza y eso solo se gana a través de los años y de compartir valores. Está por ver si la abogacía global que pretenden algunos despachos va a poder competir en mejores condiciones que la abogacía conectada, con capacidad de prestar un asesoramiento internacional a través de las relaciones que se tenga. Eso sí puede ser el futuro. Ya casi es el presente.

"Un país no puede depender del ciclo"

Para Emilio Cuatrecasas, "el desempleo constituye la lacra más importante del país, una enfermedad grave". Reconoce que el paro ha salpicado a algunos de sus amigos y familiares -aunque afortunadamente ninguna de sus tres hijas lo padece, una incluso ejerce como diseñadora en Ruanda siguiendo la estela emprendedora de la familia-. A pesar de ello, no deja de pensar en iniciativas que pudieran paliar el sufrimiento de quienes no tienen trabajo. "Alguna vez he tenido la idea de que los que estamos en activo podríamos hacer mucho más por ayudar a este enorme colectivo de desempleados", explica."Podríamos tutelar o guiar a uno o a un grupo de parados en nuevos caminos e ideas con objeto de inspirarles iniciativas. Se trataría de estar más cerca del problema que el simple hecho de pagar impuestos. Sería un programa de ciudadano a ciudadano, porque reconozcámoslo, hoy en día el que tiene empleo tiene un tesoro".El despacho ha asesorado a diversos grupos parlamentarios para ayudarles a moldear la reforma laboral. Desde su punto de vista, "quizás la reforma no haya sido suficiente, pero ha abierto un camino y eso tiene mucho valor". Reconoce que "un país no puede quedarse esperando a que el ciclo económico resuelva la situación".Respecto a la reestructuración del sistema financiero español, señala que la reforma de las cajas era "irremediable". "Se puede achacar que está siendo lenta, que tiene presiones políticas todavía, pero en general estoy convencido de que dentro de unos años veremos que la reordenación del sector era indispensable". Con quien se muestra más crítico es con el sector inmobiliario. "Quiero pensar que las constructoras, inmobiliarias y agencias cambiarán en los próximos años sus tácticas y serán más prudentes, pero todavía tardaremos en ver la recuperación del sector". En cualquier caso, señala que los excesos no los volverá a ver esta generación.

Profesión. "La Ley de Acceso a la Abogacía es un avance"

El presidente de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira reconoce que la abogacía es un sector creciente. "Concebir el mundo sin abogados es imposible, porque la paz y la concordia son valores fundamentales que solo se pueden conseguir con un Estado de Derecho".¿Qué le parece la nueva Ley de Acceso a la Abogacía?Es un avance. Las universidades forman bien en conocimientos jurídicos, sin embargo, la base práctica es inexistente. A través del máster de acceso, lo que se pretende es que el abogado conozca la profesión desde dos ópticas: recibiendo formación por parte de abogados en ejercicio y realizando prácticas en tribunales, despachos e instituciones, como ocurre en muchos países como Alemania, Reino Unido y Portugal.

Otro asunto clave para la abogacía es la colegiación obligatoria. ¿Considera que debe mantenerse así?He crecido y me he desarrollado con la colegiación obligatoria. Los colegios hacen una labor extraordinaria, así que cualquier medida que suponga la desaparición de los colegios me parecería un error. Alguien debe velar por la profesión. Eso sí, los proyectos que supongan modernizar los colegios me parecen extraordinarios

¿Cómo ve la justicia en estos momentos?El ministro Francisco Caamaño ha hecho un esfuerzo enorme. Otra cosa es que consiga implantar los avances en un ámbito que todavía está excesivamente politizado y cuya soberanía sobre los medios y recursos está excesivamente troceada. En los juzgados de lo mercantil, la especialización es extraordinaria. La competencia de los jueces es impresionante. Los jueces jóvenes salen muy preparados, con una especialización envidiable. Los medios materiales y la propia organización del sistema judicial, sin embargo, tiene mucho espacio para la mejora, particularmente en el recurso de casación.

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