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The Erronomist 'acierta' de nuevo

Hay un semanario que solo acierta cuando repite lo obvio. Pero como está escrito en inglés, a menudo suena como una verdad revelada.

La revista en cuestión se llama The Economist, un declaración ideológica semanal cada vez más orientada hacia su creciente público neocon del otro lado del Atlántico.

Ese clientelismo quizá explique algunas de sus apuestas fallidas más recientes. Por ejemplo, estuvo y está en contra de la Unión Monetaria Europea, una "aberración" que, de momento, ha permitido que Europa disponga durante 10 años de una moneda capaz de codearse con el dólar.

Y ha cometido errores más sangrantes. Apoyó la invasión de Irak, una filantrópica democratización que se ha cobrado decenas de miles de vidas y ha desestabilizado aún más una inestable región. En ese caso, al menos, la metedura de pata le costó el puesto al director, que fue apartado del cargo discretamente antes de que la cabecera de la revista empezara a ser asociada con la palabra "error".

El escarmiento no ha impedido que el apodo The Erronomist se abra camino a pesar de la evidente calidad de muchos de sus artículos y la fidelidad de sus fanáticos seguidores.

Empezó a ganárselo hace 100 años, cuando se manifestó en contra de las patentes justo en vísperas de que la propiedad intelectual se convirtiera en uno de los principales valores añadidos de las empresas punteras. Revalidó el título un siglo después cuando icluyó en sus obituarios del año 2000 la idea de Dios, un año antes de que el 11-S subrayará la supervivencia de las coartadas religiosas en los conflictos de la nueva globalización.

El útlimo descubrimiento de la visionaria publicación ha sido que la economía española es clave para la evolución de la zona euro. Y que si España se desploma, la Unión Monetaria temblará. Como en los mejores horóscopos, The Economist pronostica y acierta lo obvio y deja el futuro abierto a la ambigüedad: "Un acontecimiento o una persona podría provocar un giro inesperado en su vida. Manténgase alerta, pero no se cierre a nuevas oportunidades. Color: rojo. Mejor día de la semana: martes". Suena baladí, pero traducido al inglés adquiriría un aire trascendental.

Imagen: portada de The Economist en febrero del año pasado, cuando decidió que la UE no podría soportar la factura de los problemas de algunos países de Europa del Este. Hasta hoy.

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