El ejecutivo británico se compromete a revisar el sistema impositivo a empresas
El Gobierno británico se comprometió hoy a publicar un "programa significativo de reformas en los impuestos corporativos" destinado a atraer inversores y empresas internacionales.
Así lo anunció hoy el ministro de Economía, George Osborne, en una comparecencia ante la Cámara de los Comunes, en la que señaló que a partir del mes de abril del 2013 habrá una nueva tasa, un 10% más baja, en el impuesto sobre sociedades en los beneficios procedentes de patentes recién comercializadas, con la que se intentará alentar a las multinacionales.
El titular de Finanzas explicó que con ese programa de reformas impositivas, que se someterá a consulta, se intentará además evitar que las compañías internacionales trasladen sus sedes al extranjero.
Esta medida ha motivado inversiones de 500 millones de libras (593,5 millones de euros) del gigante farmacéutico GlaxoSmithKline, que crearía unos 1.000 nuevos puestos de trabajo, según explicó el ministro.
En su intervención, Osborne también respondió a un informe divulgado hoy por la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, siglas en inglés), organismo supervisor fiscal, en el que se indica que la perspectiva de la economía británica es "incierta" y la recuperación será más lenta que en recesiones pasadas.
Según la OBR, el impacto de las medidas del Gobierno para atajar el déficit -como el aumento del Impuesto al Valor Añadido (IVA) del 17,5 al 20 por ciento a partir del próximo mes de enero- puede llevar a corto plazo a un "crecimiento lento" de la economía.
No obstante, la OBR -formada el pasado mayo para evaluar de manera independiente las finanzas públicas y la economía- redujo sus proyecciones sobre los recortes de empleos del sector público para los próximos cuatro años de 490.000 a 330.000.
A este respecto, el titular de Economía dijo que la recuperación económica del país "va por el buen camino" pese a las "complicadas" condiciones globales.
Osborne apuntó que la economía británica se mueve hacia un modelo de "crecimiento sostenible" y añadió que el Reino Unido estaba pasando "de una económica basada en la deuda a una economía donde invertimos y exportamos".