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Tribuna
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Gallardón, la responsabilidad y los proveedores

Los problemas del alcalde de Madrid con el déficit vienen de hace tiempo, al igual que el esfuerzo y el compromiso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para que se pudiera hacer frente al mismo. Haciendo un poco de historia, conviene recordar que Alberto Ruiz-Gallardón aprobó un Plan Económico Financiero en 2005 para hacer frente a las inversiones del periodo 2005-2008, que el Ministerio de Economía y Hacienda autorizó.

El Ayuntamiento de Madrid cumplió el Plan Económico Financiero en 2006, incumplió en 2007, casualmente año electoral, y volvió a incumplir en 2008, cerrando el ejercicio con un déficit de 1.260,90 millones de euros que representa el 34,21% de los ingresos no financieros liquidados en 2008.

La situación económico financiera del Ayuntamiento de Madrid al comenzar 2009 era muy difícil: porque su ahorro neto era negativo en 534,16 millones de euros y porque el nivel de endeudamiento alcanzaba el 181% de los ingresos ordinarios consolidados liquidados en el ejercicio anterior.

Esta situación generó importantes aplazamientos en los pagos a proveedores, lo que llevó al Ministerio de Economía y Hacienda a promover el Real Decreto-Ley 5/2009 que autorizó a realizar operaciones de endeudamiento para financiar el déficit de tesorería, incluyendo las facturas pendientes con empresas y autónomos. Se acogieron 438 entidades locales por una cuantía de 2.322,87 millones de euros. El beneficiario principal de tal operación fue el Ayuntamiento de Madrid, que consumió el 47,5% del endeudamiento extraordinario autorizado. De modo que el Gobierno rescató en 2009 al Ayuntamiento de Madrid, permitiendo que tomara prestados 1.105 millones para pagar deudas con proveedores generadas en 2008.

A pesar de que se acogió ampliamente a la posibilidad de endeudarse de ese real decreto, solicitó una nueva autorización para endeudarse aún más en 2009, por importe de 282,61 millones de euros. Dicha autorización fue denegada, y de nuevo en 2010, año preelectoral, mister deuda ha solicitado autorización para endeudarse con el fin de financiar inversiones nuevas por importe de 257,38 millones de euros. La autorización ha sido denegada por la situación económico-financiera de la entidad, que aconseja reducir el gasto de forma inmediata, como uno de los elementos para hacer frente a la situación que se avecina.

El Gobierno de España ha ejercido con el Ayuntamiento de Madrid la responsabilidad de tutela financiera sobre las entidades locales que establece la legislación vigente. A pesar de que en el caso de Madrid esa tutela se ha ejercido con flexibilidad, a Alberto Ruiz-Gallardón no le ha parecido suficiente y ha pretendido que, en un momento de crisis de confianza, en buena medida debida a las dudas sobre la capacidad de controlar el déficit de las Administraciones territoriales, el Gobierno retrocediese en sus exigencias de rigor, precisamente con la corporación local más endeudada de España, y lanzase un mensaje, que me atrevo a calificar de suicida, con consecuencias imprevisibles en los tiempos que corren.

Después de todos los esfuerzos que están haciendo gobiernos locales y autonómicos, Administraciones y empresas y, especialmente, todos los ciudadanos y trabajadores, el Gobierno no podía ni debía permitir el intento del señor Gallardón de erosionar la credibilidad ganada con tanto sacrificio.

Lo que más me ha llamado la atención ha sido la osadía y demagogia con la que ha actuado el alcalde de Madrid, poniéndose a la Federación Española de Municipios y Provincias y a más de 8.000 municipios por montera y erigiéndose en el salvador de todos, cuando solo estaba preocupado por sí mismo. Mucho menos me ha sorprendido, debe ser porque hace tiempo que tengo calado al alcalde de mi ciudad, que ante la negativa del Gobierno a autorizar nuevos derroches haya intentado responsabilizar a otros del impago a los proveedores municipales. Una maniobra tan desvergonzada quizás hubiera colado hace unos años, pero a estas alturas de la vida política de Alberto Ruiz-Gallardón ya son muchos los que saben que detrás del mito está la realidad, y que esa realidad tiene unos agujeros tan grandes como las cuentas del ayuntamiento que dirige.

Antonio Hernando Vera. Secretario de Ciudades y Política Municipal del PSOE

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