"Pagaremos a seis meses con la venta de Mercamadrid"
El consistorio de la capital aborda en 2011 la situación financiera más crítica de la historia.
La aprobación ayer por parte de la Junta de Gobierno de los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid pone fin a un arduo trabajo de encaje de cifras que comenzó a elaborarse hace meses cuando el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón vislumbró los problemas de liquidez que le sobrevendrían si no lograba refinanciar 257 millones de euros de deuda con vencimiento este año. Al final, Moncloa dijo no a la refinanciación, lo que precipitó la venta del 51% de Mercamadrid a la municipal Espacios y Congresos, como adelantó CincoDías.
El responsable de las cuentas más restrictivas de la historia reciente de la ciudad, el delegado de Hacienda, Juan Bravo, describe la situación que cabe esperar.
¿Esperaban la negativa del Gobierno central?
Lo cierto es que no, porque cuando se produce la convocatoria del presidente al alcalde de Madrid, los mensajes crípticos que nos llegaban era que quizás nos autorizasen alguna de las propuestas planteadas. Daba la sensación de que sí había recorrido. Es verdad que se produce en unos días muy delicados por la situación de Irlanda.
Pero ni con ese argumento se sujeta el hecho de que no autorizar la refinanciación de deuda a los ayuntamientos pusiera en peligro la solvencia del Reino de España, cuando apenas representamos el 6% del total del endeudamiento. El Gobierno lo utiliza como falsa coartada.
¿Cómo repercute ese no en el presupuesto de 2011?
Tenemos que buscarnos la vida solos. Y ahí es donde encaja la operación de Mercamadrid, que nos va a reportar casi 200 millones de liquidez, lo que recortará unos tres meses los plazos medios de pago a proveedores hasta situarlos en seis meses, pero no resuelve todo el problema.
¿Ha habido alguna empresa que haya decidido no seguir trabajando con el Ayuntamiento por los retrasos en los pagos?
Ninguna que nosotros sepamos ni a título individual ni a nivel asociativo. Lo que sí puede que ocurra es que por culpa de los retrasos muchas empresas no pueden incrementar su actividad. Optan por una política muy conservadora, no presentarse a nuevos concursos, porque si crecen, los retrasos en los pagos pueden llevarles a tener que cerrar. Sí, muchas nos lo han dicho y eso es la demostración de que estamos haciendo algo que no deberíamos hacer.
En cuanto al Presupuesto, ¿se ha hecho todo el esfuerzo posible en el capítulo de gastos?
Tenemos que gestionar un volumen de ingresos inferior al que tuvimos en 2006 con una caída de los ingresos corrientes que nos coloca en un nivel equivalente al año 2007 y con eso tenemos que hacer frente a los servicios de 2011, lo cual resulta posible, pero complicado.
Nosotros fuimos los primeros en 2008 en anunciar un drástico recorte de la inversión porque vimos la crisis que se avecinaba. Preferimos garantizar que todas las obras que estaban en marcha se finalizaran y decidimos no iniciar más proyectos y fuimos criticados por ello. El Gobierno de la nación decidió entonces apostar justo por lo contrario y aplicar una política expansiva que ahora ha debido rectificar con un ajuste duro. En 2011 va a ocurrir exactamente lo mismo, pese a una caída de las inversiones del 39%, terminaremos todas las obras en curso y los trabajos de reposición y se seguirán prestando todos los servicios esenciales con los ajustes a la baja ya anunciados.
A partir de 2012, ¿cree que la coyuntura puede empeorar aún más, porque el Ayuntamiento tendrá que afrontar nuevas amortizaciones de deuda cada vez más abultadas?
Si nos fiamos de las previsiones realizadas por el Estado, mejoras sustanciales no vemos, si bien a partir de 2012 las entregas a cuenta se estima que mejoren en más de 120 millones. Calculamos mantenernos en esta situación en los próximos tres años, pero lo cierto es que los escenarios son cambiantes.
De hecho, el año pasado recibimos una carta en la que se nos autorizaba la refinanciación que después se nos negó. Pese a todo, el Ayuntamiento de Madrid va a ser capaz de mantenerse en esta situación, con tensiones de liquidez, tres años sin refinanciar su deuda. Si aplicáramos los mismos criterios al Estado, que no pudiera refinanciar su deuda, tendría recursos para soportar sus gastos siete días. Ese es otro dato que demuestra que no estamos tan mal.
¿Ha sido un hándicap el escenario electoral a la hora de decidir subir los impuestos?
No creo que sea un hándicap. Creo que lo que reclaman los ciudadanos son decisiones de reducción del gasto con algunos sacrificios por parte de todos antes que exigir el cumplimiento de una serie de iniciativas incluidas en el programa electoral de hace cuatro años. Lo que estamos pidiendo es una reforma en profundidad del sistema de financiación local no solo para obtener más transferencias del Estado, sino para contar con más capacidad para decidir sobre nuestros tributos. En la filosofía general estamos de acuerdo todos, pero ya nos han dicho que no se va a hacer nada.