Olli Rehn: Irlanda dejará de ser un país de baja fiscalidad tras el rescate
Irlanda deberá subir los impuestos y dejar de ser un país de baja fiscalidad para cumplir con el programa de ayuda multilateral que negocia en estos momentos junto a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, según consideró hoy el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.
"Es evidente que, después de lo que ha pasado, Irlanda dejará de ser el país de baja fiscalidad que ha sido en la última década para convertirse en un país de fiscalidad normal en el contexto europeo", estimó Rehn, quien añadió que corresponde al Ejecutivo de Dublín el decidir a qué impuestos afectará este alza.
Rehn hizo esta aclaración preguntado por la insistencia de Irlanda en mantener en el 12,5% el impuesto de sociedades, considerado clave de la política económica irlandesa de los últimos años para atraer inversiones extranjeras. "Las subidas de impuestos específicas corresponden en primer lugar al Gobierno irlandés", advirtió el comisario, en los márgenes de una conferencia celebrada en Bruselas.
Las instituciones europeas, el Fondo Monetario Internacional y las autoridades irlandesas negocian en estos momentos un programa de asistencia financiera multilateral, que estará sujeto a unas condiciones "duras" y "claras", según el comisario finlandés, que especificó que el mismo deberá estar terminado a finales de mes.
"Intensificaremos las conversaciones sobre las condiciones políticas relacionadas con la resolución del problema y estarán concluidas a finales de mes", dijo Rehn, un día después de que los ministros de Finanzas europeos respondieran afirmativamente a la petición de ayuda financiera por parte de Irlanda.
Rehn aseguró que su equipo trabaja ya sobre una estimación del volumen a que ascenderá el rescate y el calendario de entregas, aunque evitó proporcionar ninguna cifra, por considerar que es demasiado "prematuro". Las fuentes consultadas estiman que éste se situará entre los 80.000 y 90.000 millones de euros, 50.000 de los cuales irán a parar a la reestructuración del sector bancario irlandés.
Preguntado por la posibilidad de que los mercados desvíen el foco hacia Portugal, una vez encaminada la situación en Irlanda, Rehn consideró que "la naturaleza de los problemas" de estos dos países "es muy diferente".
"En Irlanda, es un problema de debilidades fundamentales en el sector bancario, que tienen que ser solucionadas de manera decisiva. En cambio, los retos de Portugal están relacionados más bien con el crecimiento potencial y la deuda privada", explicó. En ese sentido, "Portugal ha tomado decisiones relacionadas con la consolidación fiscal y está intensificando sus reformas estructurales" para hacer frente a sus problemas. "Ahora es esencial calmar las turbulencias provocadas por el caso de Irlanda", insistió el comisario.