La rentabilidad de no contaminar atrae a las empresas
El desarrollo de proyectos ecoeficientes en las compañías y la crisis han recortado un 24% la emisión de gases de efecto invernadero desde 2008
La regla de las tres erres en ecología (reducción, reutilización y reciclaje) se ha instalado definitivamente en las estrategias de responsabilidad social corporativa (RSC) de la mayoría de las empresas españolas. Basta comprobar cómo en los últimos tres años la puesta en marcha de medidas ecoeficientes en los procesos productivos de las empresas ha permitido reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en torno a un 24% (un 8% anual). Un dato que, cuanto menos, hace que el Protocolo de Kioto parezca menos utópico.
Y es que las empresas por fin se han dado cuenta que "no contaminar es rentable". "Ayuda a ahorrar en materias primas, en pólizas de seguros, en energía, en agua, en definitiva, en recursos económicos", asegura Luis Jiménez, director ejecutivo del Observatorio de Sostenibilidad de España. Todo sin tener en cuenta la recompensa de la mejora de la imagen corporativa de la empresa.
Aunque no existen datos globales sobre el desembolso de las empresas españolas en sus proyectos ecoeficientes en los últimos tres años, entre 2000 y 2007 la inversión en este capítulo creció un 70%, superando los 1.200 millones euros. Una cifra que aumenta cada día. Definitivamente, "el maquillaje ecológico" llevado a cabo por algunas empresas a principios de esta década solo para parecer verdes ha abandonado los departamentos de marketing para convertirse en proyectos reales de ahorro. Y la crisis es una de las máximas responsables, a juicio de Jiménez.
FERROVIAL
Tres años ha tardado Ferrovial en confeccionar la política de sostenibilidad definitiva, que vincula a todas las empresas del grupo. La huella de carbono es uno de sus proyectos punteros dentro de su estrategia contra el cambio climático, y el primer paso ha sido calcular el conjunto de gases de efecto invernadero de todas las empresas del grupo en el mundo. Tras obtener los resultados (dos millones de toneladas), las áreas de actividad más contaminantes, aeropuertos, que emiten medio millón de toneladas de GEI, y la gestión de residuos fueron los primeros destinos de sus inversiones. Solo en el aeropuerto de Heathrow, Ferrovial gastará 125 millones de euros en ecoeficiencia. La nueva Terminal 2, que sustituirá a las viejas ya derribadas, reducirá en un 40% las emisiones del edificio y se abastecerá en más de un 20% de energías renovables, convirtiéndose en el paradigma de sostenibilidad en terminales, según señala Valentín Alfaya, director corporativo de calidad y medio ambiente del grupo.
En la gestión de residuos, Ferrovial se ha centrado en la reutilización y el reciclaje. Solo en 2009, reutilizó diez millones de metros cúbicos de residuos en obra civil y recicló siete millones. Asimismo, en la gestión de desechos ajenos, llevado a cabo por la filial del grupo, Cespa, ha conseguido dejar de emitir 600.000 toneladas de GEI en los vertederos gracias a las redes de captación y cogeneración eléctrica.
AGBAR
Gestionar de forma sostenible las aguas pluviales, fomentar la eficiencia energética y el uso de energías renovables, así como optimizar la gestión de fangos, que es donde se producen las mayores emisiones, son solo tres de los compromisos en materia medioambiental adquiridos por esta entidad, que en 2009 ha creado, incluso, una Dirección de Eficiencia Energética para reducir los consumos de energía y las emisiones. Las previsiones de Agbar, que en 2009 gastó unos 50 millones de euros en materia medioambiental, son reducir las emisiones en más de 4.000 toneladas de CO2 al año.
La incorporación en sus instalaciones de dispositivos que permiten controlar la velocidad de rotación de los motores, en los bombeos del agua, es una de las iniciativas adoptadas para reducir el consumo de energía. Por poner un ejemplo, en su planta de Pineta, en Jijona (Alicante), la entidad ha conseguido reducir el consumo de energía en más del 21%. Aguas de Murcia y Agamed son empresas del grupo que ya han introducido estos dispositivos, a la vista de los ahorros conseguidos.
La inversión en nuevos equipamientos en la gestión de recursos hídricos también está siendo clave para la ecoeficiencia. La instalación de bombas de última generación en sus instalaciones de Can Negre, en Cornellà de Llobregat (Barcelona), ha supuesto un ahorro del 38% en el consumo de energía.
Otra de las apuestas de Agbar son las energías renovables, como la fotovoltaica. Un capítulo que este año supondrá una inversión de más de 16 millones de euros. Andalucía, Murcia y la Dirección Nacional/Norte (Barcelona) son tres de las instalaciones en las que se han implementado.
MUTUA MADRILEçA
Proyectos de gestión y reciclaje integral de residuos, reducción del consumo de energía y la inversión en tecnología más eficiente para sus edificios son varias de las iniciativas recogidas en el Programa Azul, puesto en marcha por Mutua dentro de su estrategia de RSC. Este plan prevé una inversión de unos 24 millones de euros hasta 2014 en la dotación de sus edificios de la última tecnología en materia de eficiencia del consumo energético, siguiendo el ejemplo de la Torre de Cristal de Mutua Madrileña, que cuenta con la clasificación energética A del Código de la Edificación.
Una de las iniciativas desarrolladas por la entidad es el sistema vertido cero, que prevé el reciclaje del 100% de los residuos generados por la compañía, así como la bimetanización y compostaje de los residuos orgánicos. Con este sistema, que ya ha comenzado a implementarse en las oficinas de Madrid y se ha hecho extensivo a los 12 edificios que tiene arrendados en la capital, Mutua prevé la producción de la energía que consumen 22 familias de cuatro miembros en un año y producir 130 toneladas anuales de compost para abono.
Asimismo, prevé ahorrar 6.900 metros cúbicos de agua, 1,3 millones de kW/hora de electricidad, reciclar 400 kilogramos de vidrio, 11.000 kilos de envases y 130.000 kilos de papel.
NH HOTELES
El desarrollo de una red de puntos de recarga gratuitos para vehículos eléctricos instalados en los aparcamientos de 32 de sus establecimientos en 21 ciudades de todo el mundo es una iniciativa más de la estrategia medioambiental global de esta cadena hotelera, una de las más activas en este capítulo de la RSC. Pero en el día a día de los hoteles NH hay mucho más. Para empezar, es una de las primeras cadenas que ha puesto en marcha una calculadora de emisiones de CO2 (en la web) donde los clientes pueden comprobar sus consumos y su grado de ecoeficiencia. También ha introducido en su red de hoteles nuevos amenities oxobiodegradables (envases de champú, gel, etc.), desechables con el resto de la basura orgánica. Solo con esta medida se produce un ahorro de hasta 60 toneladas de plástico, altamente contaminante.
La incorporación de energías renovables en sus hoteles es otro de los pilares de su estrategia medioambiental. Así, hasta septiembre de 2010 la entidad ya había instalado 4.057 metros cuadrados de paneles solares en sus establecimientos hoteleros.
Otras de sus iniciativas ha sido la introducción en sus establecimientos de nuevos sistemas de aislamiento, desarrollados a partir del corcho de las botellas, la instalación de más de 100.000 ahorradores de caudal o la puesta en marcha de nuevos formatos para la celebración de eventos, mediante un protocolo que tiende a las cero emisiones, así como la sustitución de la flota de vehículos de empresa por coches híbridos.
Los resultados no pueden ser más optimistas. Desde 2007, la cadena ha reducido un 24% el consumo de agua y un 14% el consumo de energía. El ahorro energético de la entidad es el equivalente a siete millones de euros.
Ahora la prueba definitiva para su proyecto de sostenibilidad se centra en el diseño del Hotel Ciudad del Medio Ambiente en Soria, donde el objetivo es alcanzar las cero emisiones.
HEINEKEN
El ahorro de agua es uno de los objetivos del proyecto estrella desarrollado por Heineken en los últimos años en busca de la eficiencia energética. Iniciativas como la introducción de un nuevo sistema de gestión de la producción (TPM), las inversiones en equipamientos como los circuitos cerrados de refrigeración, la recirculación del agua en los pasteurizadores y la utilización de quipos de bajo consumo, además de las concienciación de sus empleados, han sido cruciales para conseguir reducir el consumo de su materia prima por excelencia, el agua, por debajo de los rangos del conjunto del sector cervecero.
La gestión de residuos es otros de los proyectos desarrollados por la compañía. Gracias a la implantación de un nuevo sistema de gestión medioambiental, Heineken ha conseguido generar un 4,2% menos de residuos entre 2003 y 2009, llegando a valorizar (reutilizar o reciclar) un 99% de los mismos. Este sistema ha mejorado el control de la gestión de todos los residuos, peligrosos o no, y ha facilitado su entrega a gestores oficiales de residuos.
El mero 'maquillaje ecológico' de hace unos años se ha convertido ya en proyectos reales de ahorro
Agbar tiene previsto reducir las emisiones de CO2 en más de 4.000 toneladas al año con sus programas de medio ambiente