Barcelona defiende que "sería una gran injusticia" que Zapatero ayudara a Madrid

El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se curó ayer en salud y advirtió que estará atento para evitar que el Gobierno central trate de forma diferente a unos ayuntamientos de otros. Hereu se refirió a la posibilidad -rechazada el miércoles por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero- de que el Ejecutivo permita a Madrid refinanciar 257 millones de deuda que vencen el 31 de diciembre.

El primer edil barcelonés aprovechó una entrevista a Catalunya Radio para sacar pecho y recordó que la deuda de Madrid asciende a 7.145 millones de euros, mientras que la de Barcelona es diez veces inferior y no llega a los 800 millones de euros, según los últimos datos publicados por el Banco de España.

Para Hereu, "sería una gran injusticia para el resto de ayuntamientos si el Gobierno ayudara a Madrid". Y añadió: "No podemos desincentivar a los municipios que están haciendo los deberes frente a otros que han adoptado políticas con enorme alegría en el pasado y ahora quieren que paguemos entre todos".

Además, recordó que Barcelona tuvo que endeudarse mucho para afrontar los Juegos Olímpicos de 1992 y, sin embargo, según Hereu, supo aplicar las recetas adecuadas para reducir los números rojos. "En ningún momento recortamos la deuda con regalos o políticas especiales del Estado, sino con políticas fiscales coherentes, que implicaron pedir un esfuerzo a los ciudadanos", señaló.

En línea con el Ministerio de Economía, el alcalde de Barcelona defendió que la obligación de reducir el déficit fiscal concierne a todos los niveles de la Administración Pública. En cualquier caso, reclamó un nuevo sistema de financiación local, que es "la asignatura pendiente de la democracia". El alcalde de Barcelona entiende que los recursos actuales son "insuficientes" y apuntó que los municipios ejercen competencias que ni el Estado ni las comunidades reconocen.

Aun así, defendió que el nuevo modelo de financiación no puede hacerse sin un gran pacto político y debe alejarse de todo clima preelectoral.