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Ciencia&Salud

Quiero vivir 100 años y aparentar solo 50

La industria cosmética busca, de la mano de la genética, productos antienvejecimiento para una sociedad que se cuida y vive más años.

Quiero vivir 100 años y aparentar solo 50
Quiero vivir 100 años y aparentar solo 50

En un tiempo relativamente cercano, según avance la ciencia y la calidad de vida, el ser humano podrá convertirse casi en inmortal, comparado con la actualidad. ¿Podremos vivir 100 años? ¿Podremos doblar la esperanza de vida actual? ¿Cómo afectará a la sociedad?

Procter & Gamble (P&G) presentó a finales del mes pasado en Atenas un debate internacional con el propósito de ver cómo afectará una mayor longevidad a la industria cosmética. De allí surgió el término forever young society (o sociedad siempre joven), que recoge el sentir actual de querer vivir más años, pero además hacerlo de una forma más saludable y prestando atención a la estética. ¿Cómo será la piel de una persona que viva 100 años pero que toda su vida se haya querido sentir joven? "Cuando veamos a alguien de 140 años, tal vez le digamos eso de 'te ves bien, parece que tuvieras 90 años", reflexiona Adil Mehboob-Khan, vicepresidente de la división de belleza de P&G para Europa. "Cada vez se hablará más de edad biológica, la que aparentes, frente a edad cronológica", asegura Consuelo del Cañizo, directora científica de L'Oréal.

"Una vida más larga hace que los consumidores quieran sentirse más jóvenes y con más autoestima. Esto va a cambiar la economía de la industria cosmética", señala Shekar Mitra, vicepresidente global de I+D de P&G. Este químico ha sido el impulsor de innovaciones en productos de la gama Olay o Gillette.

El reto actual de la cosmética se centra en apoyarse en la genética para después trasladar los avances a sus productos. La compañía estadounidense invitó al debate a la científica Cintia Kenyon, profesora de la Universidad de California. Esta experta en antienvejecimiento ha conseguido duplicar la vida de gusanos, modificando ciertos genes. Actualmente trabaja en buscar moléculas que puedan servir para activar proteínas que retrasan la muerte, por ejemplo una denominada foxo. "Si podemos encontrar una píldora que active el foxo, que habilita una acción protectora de otras proteínas y mecanismos, podemos ayudar a alargar la vida", explica.

Estas investigaciones ofrecen la idea de cómo la ciencia sigue avanzando. "Tenemos resultados muy alentadores, pero no sabemos si van a funcionar. Pero ¿quién nos dice que con otras innovaciones no podremos vivir mucho más?", se pregunta la investigadora estadounidense.

Gran parte de estos avances llegan según se va descifrando el mapa genético del ser humano y se conocen las funciones de las proteínas. Pero la industria cosmética no va a entrar en modificar éstas, si no en entenderlas para desarrollar productos que conserven la piel, sobre todo, y el cabello.

"¿Está la cosmética entrando en el ámbito de la medicina y de los fármacos? Mi respuesta es no. Sabemos cuáles son los genes que activan las proteínas que nos interesan respecto a la salud de la piel. Ahora sabemos cuáles son los ingredientes necesarios que van a proteger la piel. En mis estudios de miles de moléculas, lo que busco son las que actúen sobre la superficie, que es la dermis y la epidermis. No necesito buscar algo que actúe más en profundidad, porque con esto es suficiente para potenciar las proteínas que a mí me interesan. El resto de las moléculas que actúan más en profundidad son de interés de la medicina, yo no las toco. Por ejemplo, hay una molécula, que es la retinova, que protege la piel, pero actúa en profundidad. Escogí los ingredientes que me interesaban y con eso fabriqué un producto más eficaz que la retinova", explica Mitra.

La directora científica de L'Oréal confirma la tendencia: "Buscamos activar la síntesis de determinadas proteínas que, con la edad, se sintetizan peor. Pero no vamos a cambiar ni intervenir en un gen. Lo que la cosmética busca es activar más esa proteína. Un cosmético está solo para embellecer".

Personalización

A semejanza de los laboratorios farmacéuticos, la marcas cosméticas están apostando por productos cada vez más personalizados, que se adapten a las necesidades reales del consumidor.

El director científico de P&G cree que a medida que la expectativa de vida aumente, veremos productos a medida e individualizados. "Ahora tenemos una vida promedio de 80 años y conocemos los cambios que se producen en el cuerpo. Pero si la vida durara 140 años, las modificaciones serían muy diferentes. Habrá una gama de productos mucho más amplia, porque habrá unas necesidades más variadas. Tendremos que contar con cosméticos en base a tecnologías más avanzadas adaptados a las necesidades personales de nuestros clientes".

L'Oréal ya trabaja, por ejemplo, en unas clasificaciones más amplias de la diversidad de pieles (hasta 63 variaciones) y tipos de cabellos (ocho grupos). En base a a la clasificación, se desarrollarán nuevas gamas de productos.

Pero existe también otro campo que interesa a la industria: el de las células madre. Del Cañizo reconoce que de momento es un área en la que se investiga, pero que no ha otorgado resultados al sector. Además, las compañías trabajan en tecnologías, como pequeñas máquinas de uso casero para ayudar a aplicar ciertos productos. Alguna, como la firma francesa, se ha lanzado también al campo de la nutricosmética (píldoras de venta en farmacia).

Pero siempre quedará el debate de si todos estos avances funcionarán en la piel de los consumidores y cuándo llegarán a ser efectivos contra el envejecimiento. Mitra confía en la efectividad de los productos que vende: "Los consumidores están comenzando a ver las diferencias significativas a partir de algunos productos y continuamente vuelven a comprarlos. Saben que es real, no solo un mensaje de marketing".

Cuidado masculino

Un estudio de la firma Gillette hace una curiosa comparación. Si se juntase todo el tiempo que dedica cada hombre al cuidado personal, como media en Europa sale 27 semanas de su vida. Los españoles, después de los alemanes, van a la cabeza (39 semanas).

Un goloso mercado en España de 3.000 millones de euros

El sector de la cosmética tampoco se ha librado de la crisis, aunque sigue siendo un gran mercado. Aproximadamente, el negocio de la belleza supone 3.000 millones de euros, un 29% del total de la actividad de droguería y perfumería, según datos de Nielsen.Dentro del mercado de cosmética, la dedicada al sector masculino ha experimentado un crecimiento en España del 8% en el último año a pesar de la actual mala coyuntura económica, según datos proporcionados por la firma L'Oréal.De hecho, tres de cada diez euros destinados a productos de cosmética fueron consumidos por el sector masculino de la población en 2009, con un gasto medio por cada consumidor de 32,5 euros, según una encuesta de TNS. Si se engloba la perfumería a la cosmética, el mercado llegó hasta los 7.200 millones de euros en 2009 (caída anual del 7,4%), según la consultora DBK. De los 13.000 puntos de venta, el comercio especializado y el canal farmacéutico son los que más han acusado el descenso de ventas, mientras que las grandes superficies y las cadenas de supermercados no han notado el recorte.Por último, las empresas españolas de perfumería y cosmética se van abriendo un hueco en el mundo, ya que en el último ejercicio exportaron productos por un valor de 1.788 millones de euros.

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