El barril de crudo de Texas baja un 2,96% y acaba a 82,34 dólares
La cotización del crudo de Texas bajó hoy un 2,96% en la Bolsa Mercantil de Nueva York y cerró a 82,34 dólares por barril (159 litros), en un día en que el dólar se fortaleció ante otras divisas y se avivaron los temores sobre la deuda irlandesa y el crecimiento chino.
Al concluir la sesión en Nueva York, los contratos de Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para diciembre habían restado 2,52 dólares al precio de cierre del lunes, con lo que encadenaron tres jornadas consecutivas de descensos.
El lunes estos contratos bajaron un mero 0,02%, pero el viernes cayeron hasta un 3,3%, rompiendo así con la tendencia alcista que había llevado al combustible a cerrar a su precio más alto en dos años.
Los contratos de gasolina para entrega en diciembre también bajaron hoy por tercera jornada consecutiva y restaron cuatro centavos al precio del galón (3,78 litros), que quedó en 2,15 dólares.
La cotización de los contratos de futuros del gasóleo de calefacción también bajó, en este caso siete centavos por galón, para terminar esta segunda sesión de la semana en 2,3 dólares.
Por su parte, el gas natural se abarató este martes tres centavos de dólar y sus contratos para diciembre terminaron a 3,81 dólares por cada mil pies cúbicos.
Los precios del crudo y sus derivados registraron estos descensos en una jornada marcada por la subida del dólar ante otras divisas, como el euro, de manera que por una divisa europea se pagaban 1,3492 dólares, comparado con los 1,3569 de la jornada anterior.
El fortalecimiento del dólar suele presionar a la baja los precios del petróleo, ya que, al negociarse en esa moneda, resultan más caros si se adquieren con divisas apreciadas frente al "billete verde".
El descenso del petróleo se produjo además en una sesión en la que se recrudecieron los temores de que se contenga el crecimiento de la economía china, después de que Corea del Sur decidiera subir sus tipos de interés de referencia hasta el 2,5%.
La posibilidad de que China haga lo mismo para contener su inflación hace temer a los inversores que el crecimiento del gigante asiático se resienta, lo que podría traducirse también en una merma en su demanda de combustibles.
A ello se suman los renovados temores hacia la salud de la economía irlandesa, mientras su Gobierno trata de resistir las presiones para que solicite un rescate económico de la Unión Europea (UE).
Este martes representantes de la UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) se han reunido para tratar de encontrar una solución a la crisis irlandesa, cuyo bono de deuda pública a diez años, el principal referente sobre el riesgo de una suspensión de pagos, ofrece una rentabilidad superior al 8%.