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Arcelor pilota el arranque del automóvil del futuro

Ofrece aceros para reducir un 20% el peso de los vehículos.

Arcelor pilota el arranque del automóvil del futuro
Arcelor pilota el arranque del automóvil del futuro

Estamos dispuestos a pagar más dinero por reducir el peso de los automóviles". Así de tajante se expresa Jörg Langner, uno de los directivos de Daimler en la planta que el grupo tiene en la localidad alemana de Sindelfingen (cerca de Stuttgart), la mayor fábrica de Mercedes del mundo.

Los grandes del automóvil están en plena carrera por fabricar vehículos más ligeros, que cumplan con la exigencias de seguridad pero que permitan reducir el consumo de combustibles y, por tanto, las emisiones de CO2, el verdadero caballo de batalla de una industria que tiene que cumplir con una legislación medioambiental más estricta.

El acero no ha muerto

Y ésta es la oportunidad que pretende aprovechar ArcelorMittal para potenciar su producción de aceros destinada al sector del automóvil. Un negocio en el que controla el 20% del mercado mundial y que le reporta unos 10.000 millones de dólares anuales (7.210 millones de euros). "Queremos romper los augurios de hace 40 años que decían que el acero, en el mundo del automóvil, estaba muerto", explicaba la semana pasada a un grupo de periodistas Michel Wurth, uno de los máximos directivos del gigante siderúrgico.

Según las estimaciones del grupo, hace un año los fabricantes de autos estaban dispuestos a pagar 2 euros por kilo de peso ahorrado en sus carrocerías. Hoy están pagando entre 5 y 6 euros y, en algunos casos, llegan a desembolsar hasta 10 euros.

En esta carrera por la reducción del peso de los coches, el acero tiene que competir con rivales como el aluminio o la fibra de carbono. La apuesta de ArcelorMittal pasa por el desarrollo de aceros conocidos en la industria como de "muy alta resistencia": en algunos casos son hasta cinco veces más duros que el producto normal y, sin embargo, pesan un 30% menos.

El grupo ha decidido recopilar las soluciones que ofrece en este campo en dos demostradores (unas carrocerías fabricadas ad hoc que incluyen sólo sus productos) que ha comenzado a presentar a los fabricantes de automóviles este mes, en una serie de tours que se extenderán hasta junio del año que viene, tanto en Europa como en Estados Unidos.

Su propuesta permite reducir hasta un 20% (57 kilos) el peso de las carrocerías, según explica Danièle Quantin, una de las responsables de innovación del grupo. Esto se traduce en una disminución de la emisiones de cada vehículo de 6,23 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.

El grupo siderúrgico cree que los aceros de muy alta resistencia pueden llegar a suponer un tercio de las carrocerías para 2020. Su porcentaje de uso en la actualidad ronda el 10% de media. Su producto estrella en este campo es el Usibor, un acero exclusivo de ArcelorMittal que fabrica desde 2003 en la planta francesa de Mouzon, aunque ya está transfiriendo capacidades a sus centros de Dudelange (Luxemburgo) e Indiana Harbor (EE UU).

El mercado actual del Usibor es de 345.000 toneladas y se prevé que se eleve a las 697.000 en 2013. Este acero necesita seguir un proceso de estampación en caliente, lo que obliga a los fabricantes de automóviles a introducir nuevas tecnologías en sus plantas y cambiar las cadencias y los procesos de fabricación actuales, advierte José Manuel Rubianes, responsable de I+D del centro de Arcelor en Montataire (Francia).

Unos cambios que también aumentan los costes, apuntan desde Daimler. Por eso muchos fabricantes externalizan la estampación en caliente, actividad en la que son líderes la española Gestamp y la alemana Benteler, principales compradores del Usibor. Volkswagen es el otro gran cliente del producto. "Es probable que lo incorpore a Seat en España", augura Robrecht Himpe, responsable de planos de ArcelorMittal en Europa.

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