La ingeniería necesaria
La crisis económica ha llevado a que las empresas de ingeniería se centren en la reconversión del sector. El principal argumento para esta reetructuracion es que en nuestro país ya no son necesarias más obras públicas, por lo que las empresas de ingeniería deben salir al exterior para trabajar en nuevos nichos de mercado.
Es cierto que España ha hecho en obra pública en 20 años lo que otros países han tardado entre 50 y 70 años en llevar a cabo. Es cierto que hemos sido capaces de imaginar, diseñar, proyectar y construir más kilómetros de autopistas, de líneas de alta velocidad y de Metro que ningún otro país de Europa, como verdad es que lo hemos hecho a pesar de tener un sector muy atomizado, con empresas de diverso tamaño, que sin embargo han demostrado estar en los primeros puestos del mundo en competitividad.
Sin embargo, no es verdad que hayamos alcanzado el techo en lo que a proyectos se refiere. ¿No continúa siendo imprescindible, por ejemplo, seguir trabajando en aumentar la capacidad de las autopistas con más tráfico? ¿No debemos continuar proponiendo soluciones a los atascos en las entradas a las ciudades? Además, no estamos ejecutando una conservación y mantenimiento eficiente de nuestras carreteras, y tenemos problemas graves de tráficos de mercancías en nuestro país, que solo el transporte de éstas por ferrocarril puede resolver, entre otros aspectos.
La ingeniería puede y debe ayudar en estos retos. El sector tiene mucho trabajo aún por hacer en el diseño, construcción y mantenimiento de nuestro presente y nuestro futuro.
Es necesario continuar ejecutando estos proyectos y llevar a cabo al mismo tiempo una internacionalización del sector, pero para lograr ésta necesitamos mantenernos en forma -al ser la mayoría de empresas de pequeño tamaño- y ello debe venir de la mano de la ejecución de proyectos en España para mantener lo construido. Por eso es urgente la intervención de las Administraciones, a las que no les pedimos subvenciones, sino proyectos. En los países desarrollados la inversión en ingeniería es de un 9% del total, justo el doble de la que se hace en nuestro país, cuando varios estudios han demostrado que un buen diseño de la infraestructura permite ahorrar hasta un 50% durante la construcción. Es decir, que si el Estado invirtiera 500 millones de euros más en ingeniería en la fase de proyecto se podrían reducir los gastos en modificados a la mitad, o lo que es lo mismo, se podrían reducir obras por valor de 10.000 millones de euros al año a 5.000.
Sin embargo, en el primer semestre del año el gasto del Ministerio de Fomento en ingeniería ha pasado de 418 millones de euros a 208 millones, lo que supone un recorte del 50% más alto que el realizado en obras. A su vez, el recorte previsto en el Ministerio de Medio Ambiente es de 140 millones en construcción y de 100 millones de euros en ingeniería.
En definitiva, no pedimos una inversión extra por parte del Gobierno, sino el sostenimiento de las inversiones habituales. Si el Gobierno no frenara las licitaciones, destinando un poco más de inversión a los proyectos, se obtendría la doble ventaja de que las obras se abaratarían y, además, las empresas de ingeniería podrían continuar con sus planes de internacionalización. El sector preparará la transición para exportar la innovación española al extranjero, pero necesita un tiempo que se gana con trabajo e inversión para planificar el futuro.
José Luis González Vallvé. Presidente de Tecniberia