"Es necesario formar para ser prudente con el dinero"
El BBVA ha formado a un millón de personas en todo el mundo, la mayoría niños, en temas bancarios.
Barcelonés, de 32 años, es licenciado en Derecho y procede del sector de la consultoría. Antonio Ballabriga se ocupa desde hace tres años y tres meses de la responsabilidad social corporativa en BBVA, uno de los trabajos más satisfactorios que ha desempeñado.
¿Cómo nace el plan global de educación financiera impulsado por BBVA?
Nació de una realidad. Cuando en 2005, la OCDE elaboró un estudio sobre la cultura financiera se puso de relieve la escasa formación que tenía la gente sobre estos temas. Revisamos nuestra política de responsabilidad social corporativa y consideramos que dado que somos una entidad financiera global debíamos implicarnos en la educación financiera. Nuestro plan pretende ayudar a las personas a tomar decisiones porque estar informados revierte en una toma acertada de las decisiones, se fortalece el ahorro y se evitan riesgos. Este plan de educación, bautizado con el nombre de El dinero en nuestras vidas, tiene un gran valor social.
¿Cuántas personas se han beneficiado ya de esta iniciativa?
Lo pusimos en marcha en 2009 y ya se han beneficiado un millón de personas. El año pasado lo pusimos en marcha en México, en colaboración con el Instituto Tecnológico de Monterrey, y fue un éxito. Este año se han formado a través de nuestro programa 300.000 personas adultas en América Latina, a través de aulas móviles y de aulas fijas. El tipo de formación abarca desde el uso de la tarjeta de crédito, lo que hay detrás de un crédito hipotecario, a saber entender un extracto bancario. Otro foco de actuación ha tenido ya como beneficiarios a 700.000 personas en países desarrollados, incluido España.
¿Qué acogida ha tenido en este colectivo?
Muy positiva porque es un proyecto social, que pretende educar a edades muy tempranas, a partir de los seis años. A los niños es muy importante inculcarles conceptos y valores como el ahorro, el esfuerzo, la prudencia. El programa se centra en edades que van de los seis a los 14 años, una realidad que nadie aborda.
¿Dónde se imparte la formación?
En las escuelas, porque dentro de este programa un actor clave es el profesor, que es quién decide si la incorpora o no a su actividad pedagógica. El profesor pasa de experto a facilitador. Los niños se forman en distintos talleres, donde se incluyen distintos temas relacionados con el dinero, desde explicar qué es un banco, a cómo se realizan las transacciones bancarias. También los docentes integran estos temas en su área escolar. Por ejemplo, cuando se da la clase de historia pueden incluir la historia de la moneda, o en un ejercicio de matemática se puede enseñar a hacer un presupuesto. Se trata de una metodología innovadora y enormemente práctica. La fuerza del programa reside en que quién lo ha creado y diseñado lo ha testado. Lo hemos enriquecido además con las aportaciones de los expertos José Antonio Marina, Alejandro Tiana y Álex Rovira.
¿Qué le ha aportado esta experiencia?
Sin duda es de las más enriquecedoras que he vivido porque los niños te sorprenden. Tenemos un taller titulado Si el dinero fuera un color, un animal.... La dinámica de trabajo es en pareja y los niños tienen que aportar sus ideas. Es increíble la cantidad de caras que tiene el dinero. Otra pieza clave, en el desarrollo y en el éxito del programa, ha sido la implicación de las personas de BBVA. Ofrecemos la posibilidad de que nuestros empleados se ofrezcan como voluntarios. En España han participado 500 personas que han colaborado en la escuela con los profesores. Esto ha reforzado el orgullo de pertenencia de los empleados, y se ha creado otro sentido de marca, se tiene la percepción de que el banco se preocupa de otras cosas.
¿Se puede entender como una manera de hacer negocio y de intentar captar nuevos clientes?
No, no hacemos negocio con esta iniciativa. Lo que nos preocupa es que los futuros clientes de banca tengan la información y la educación suficiente para tomar decisiones acertadas con su dinero. Tenemos que dignificar el trabajo de la gente que trabaja en banca y nuestro objetivo es conseguir la mejor satisfacción para el cliente.
¿Si se hubiera tenido más formación no se hubieran cometido las imprudencias y los excesos que se han cometido?
La palanca del siglo XXI para el desarrollo de las naciones, lo que va a marcar la diferencia, es la innovación, pero también la responsabilidad, y para nosotros es muy importante que el cliente esté bien informado, es la única manera de que pueda tomar las decisiones correctas. Todo ello depende de la educación financiera y de la capacidad que tenga la entidad financiera de presentar una oferta sencilla, clara y transparente. Tenemos que trabajar en los dos frentes, y sobre todo revisar los procesos para mejorar la claridad y la transparencia de la oferta comercial. Tenemos mucho camino por recorrer. Por ejemplo, en México tenemos en marcha un proyecto llamado Paga bien, paga menos, con el que beneficiamos a los clientes que son buenos pagadores con la disminución de las cuotas.
El presidente, pendiente de cómo ganan dinero
El presidente de BBVA, Francisco González, está implicado en el Plan Global de Educación Financiera de BBVA 2009-2011. Le preocupa sobre todo, asegura Antonio Ballabriga, cómo se invierte el dinero en acción social, pero también exige "revisar cómo se gana el que ganamos". Es una de sus obsesiones. "Porque la clave no está sólo en ganarlo sino en que la forma en la que lo ganamos sea transparente", asegura. En el proyecto educativo se invertirán 26 millones de euros hasta 2011, en el que en ya han participado más de 3.000 docentes, más de 1.700 centros y un millón de personas. La idea es ir extendiendo el programa a los países en los que está inmerso BBVA, desde América Latina, China, Estados Unidos y hasta Turquía, donde esta semana la entidad financiera ha adquirido el 25% de Garanti Bank.