La Fed juega al empate
Si las elecciones legislativas en EE UU mostraron una poco habitual polarización política, la perspectiva de expansión cuantitativa de la Fed no ha sido mucho menos polémica.
Las referencias al efecto inflacionista, y al escaso impacto sobre la economía, de la compra de deuda han sido constantes en las últimas semanas. Pero la Reserva Federal tenía pocas opciones; la esperada expansión cuantitativa ya ha inyectado expectativas de inflación y ha dado vida a los mercados financieros desde la vuelta de verano. En este sentido, la Fed ha sido presa de este éxito . Ni podía ahora frustrar estas mismas expectativas ni podía embarcarse en un estímulo mayor de lo previsto.
El previsible bloqueo legislativo tras las elecciones era otro condicionante de relevancia; más allá de dobles lecturas sobre la decisión de Bernanke, los estímulos fiscales serán más difíciles que antes. En este sentido, el terreno estaba abonado para la decepción, por exceso o por defecto. Quizá por eso ha preferido quedarse a medio camino. Por otro lado, el hecho de que a los 600.000 millones se añadan otros 250.000 en reinversiones añade confusión, o que las compras de deuda se concentren en tramos inferiores a siete años, cuando los bonos habitualmente tomados como referencia son los de 10 y 30 años.
En resumen, la Reserva Federal tenía un partido muy difícil de ganar y ha optado por jugar al empate. A ver cómo se lo toman los mercados tras consultar con la almohada.