Obama apela al voto joven demócrata para frenar a los conservadores
Barack Obama admitió el fin de semana ante 1.600 jóvenes en Filadelfia que estas elecciones son difíciles. Por eso pidió a su audiencia que votara y llevara a las urnas a sus amigos. Obama movilizó en 2008 el voto joven pero ahora los menores de 30 años muestran poco interés en las elecciones aunque, en general, apoyan al presidente. Los demócratas necesitan a jóvenes e independientes que no hayan cambiado su voto, pero falta entusiasmo.
Estas son unas elecciones difíciles en todo el país", dijo Barack Obama el sábado a los jóvenes que llenaban el gimnasio de la Universidad de Temple en Filadelfia. "A no ser que todos vosotros vayáis a votar y llevéis a vuestra familia y amigos, vamos a quedarnos cortos y el progreso que hemos hecho en estos dos años puede ser deshecho". En Illinois, el domingo, y tras desayunar en un dinner, Obama reiteró que "es importante que la gente vote".
Las últimas proyecciones apuntan a que hay 19 escaños en el Senado en el aire y los republicanos podrían ampliar su minoría, mientras que en la Cámara de Representantes, que se renueva en su totalidad, entre 50 y 70 escaños podrían pasar a las filas conservadoras, un giro histórico. Con este Congreso, la agenda de Obama podría quedar estancada
El problema para un presidente que en 2008 movilizó como pocos a la juventud y el voto de los dudosos y volátiles independientes, es que ahora estos últimos están mayoritariamente inclinándose del lado conservador y los jóvenes han perdido el entusiasmo. Todo ello ha ocurrido a la vez que el Tea Party, de tendencia ultraconservadora, ha ido ganando protagonismo. El perfil medio de un miembro de este movimiento del Partido Republicano es el de una persona mayor de 65 años de raza blanca.
La mayor parte de los que creen que no votarán declaran ser simpatizantes de los demócratas
En 2008 votó el 18% de los jóvenes, frente al 16% de cuatro años antes, y mayoritariamente lo hizo por Obama. Esta vez, y según el Pew Research, puede que no lleguen al 12% en unas elecciones en las que normalmente vota el 40% del total de los electores.
Según este centro de análisis, la abstención perjudica seriamente a los demócratas porque el 54% de los que se describen como "no votantes" se declara simpatizante de este partido y el 51% valora positivamente a Obama.
El 50% de estas personas que no acudirá a las urnas aprueba la reforma de la sanidad cuando el 55% de los que votarán la ven muy negativa. De hecho, ha sido una de las cuestiones más criticadas por el Tea Party, que ve esta reforma como un gasto más para un Estado endeudado y una intromisión en la libertad individual dado que se obliga a los menores de 65 años a tener seguro. Por encima de esta edad, todos tienen la atención del Estado.
Al margen de la campaña
En unas elecciones en las que apenas se ha hablado de educación, de la reforma hecha en los préstamos a los estudiantes o del paro, que afecta al 20% de aquellos que tienen entre 16 y 24 años, la mayoría de los que no votan se aleja de las tesis republicanas. El 34% de los menores de 29 años y el 38% de los menores de 49 y mayores de 30 no tienen previsto acudir a las urnas.
Este es un porcentaje que se rebaja al 10% en el caso de los mayores de 65. Obama, cuyo nombre no está en la papeleta pero sí su agenda política, y el resto de su partido se han concentrado en contrarrestar al Tea Party pero han ignorado durante casi toda la campaña el mayor potencial demócrata: los jóvenes.
Un mensaje totalmente diluido
El mensaje que más se ha escuchado en la campaña es que Obama sube impuestos, gasta más, la economía está cerca del abismo y se han perdido miles de millones ayudando a la banca con el TARP, un programa que se confunde con el plan de estímulo económico.El mensaje no resiste el test del contraste con la realidad. El estímulo fiscal ha reducido los impuestos en 116.000 millones, el TARP ha sido casi devuelto y arroja beneficios y EE UU crece. El paro, eso sí, no baja y el crecimiento es anémico.