Sanear con prontitud los activos tóxicos
Los activos de entidades financieras ligados a la construcción y al sector inmobiliario "potencialmente problemáticos" han crecido un 9% respecto a diciembre de 2009, según el Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España. Eso significa que han pasado de los 166.000 millones de euros en diciembre del pasado año a algo más de 180.000 millones en junio de 2010. El informe considera "potencialmente problemáticos" todos los activos inmobiliarios, sean calificados como dudosos, subestándar -que siguen pagando, pero su debilidad puede derivar en fallidos-, adjudicados vía inmuebles o fallidos.
Resulta preocupante que, después de casi tres años de profunda crisis inmobiliaria, las entidades continúen aumentando el volumen de estos activos potencialmente fallidos en vez de limpiar sus balances de tan peligrosa carga. La acertada presión del Banco de España sobre cajas y bancos al aumentar la exigencia de provisiones por este tipo de activos puede contribuir a dar la vuelta a la tendencia; de hecho, en agosto ya se registró un fuerte aumento de las ventas de inmuebles en manos de entidades financieras. Porque el regulador tiene razón al alarmarse por el continuo aumento de activos dudosos, y cabe reflexionar sobre el acierto de la banca de EE UU o de Reino Unido, que sanearon sus balances de forma dramática, pero muy rápida, en 2008 y hoy están fuera de sospecha.
El sistema financiero español apenas se ha recuperado de la pérdida de confianza al que le sometieron los mercados internacionales antes de verano. La valiente publicación de los test de estrés, conjuntamente con las operaciones corporativas de las cajas de ahorros, contribuyó a limpiar la imagen. Pero todavía perduran las dificultades de entidades medianas y pequeñas para proveerse de liquidez en los canales internacionales. La transparencia ha dado buenos resultados, por lo que acierta de pleno el Banco de España al pedir que bancos y cajas transmitan al mercado información detallada sobre su inversión potencialmente problemática, el grado de cobertura y, sobre todo, las estrategias que van a seguir para gestionarla.
Es preciso igualmente demostrar que la reforma de las cajas de ahorros no pierde fuelle, lo que sin embargo empieza a parecer evidente. No sólo hay que crear nuevas entidades mediante fusiones, virtuales o no, sino que hay que ponerlas en marcha con prontitud, limpiando sus estructuras productivas y ganando sinergias y tamaño que les faciliten regresar con solvencia a los mercados financieros internacionales. Lo ha pedido el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pero también los máximos representantes de Santander y BBVA. Balances transparentes y cajas más fuertes contribuirán a despejar dudas sobre el futuro de la banca en España y, por tanto, a ayudar al crecimiento.